Nadie Cree en Ti
La Cruda Realidad de los Escritores
En cierto sentido, para ser escritor se necesita tener cierta simpleza de espíritu, de esa que permite mantener nuestras ilusiones intactas aún ante las situaciones más desfavorables. No te sientas mal, en cierto sentido, es el mal de todos los artistas.
Seguramente te lo dijeron tus padres cuando eras niño: "Eso no te va a dar de comer". Te lo repiten tus amigos mientras te miran con una sonrisa de condescendencia: "¿Y cuándo vas a hacer algo de verdad?". Te lo dirá también tu pareja: "Es una pérdida de esfuerzo y dinero". Claro... no te lo dirán directamente, pero para ellos, eres una especie de iluso con atraso infantil.
Por supuesto, esto que menciono es una generalidad. Algunos pocos afortunados -yo no estoy entre ellos-, tendrán apoyo de sus parejas o su entorno. Incluso los más afortunados, tendrán amistades o conocidos que creerán en su talento. Pero serán muy pocos.
La amarga verdad a la que deberás enfrentarte más tarde o más temprano, es que nadie vive tu sueño como tú. Porque, para los demás, no es un sueño; es una pérdida de tiempo y de dinero.
Nadie sabe lo que es pasar días o semanas buscando las palabras exactas para expresar una idea. Nadie aprecia obsesionarse con personajes que no existen o sentirse vacío porque lo que escribiste no llena las necesidades de tu alma. Para ellos, es solo un hobby que no genera ingresos. Los que te rodean -no lo dudes- seguramente piensan que podrías estar haciendo algo más productivo que perder el tiempo escribiendo. O que ese tiempo podrías usarlo en estudiar algo útil, quizá postulándote a un "buen trabajo". O dedicándote a algo que aporte dinero real.
Parece apoyo, pero no lo es. El consejo -que seguramente ya te han dado- de "sé realista", no es más que un disfraz de sus propios miedos y fracasos. Ninguno de los que te rodean han tenido la oportunidad de soñar como tú, así que prefieren que no lo intentes para no verse reflejados ellos mismo en tu fracaso... o en tu éxito.
Seguramente habrás notado que los comentarios más mordaces vienen de los que más te quieren. Eso es porque les irrita que estés dispuesto a sacrificar estabilidad, relaciones y tiempo por algo tan "insignificante" como escribir. En el fondo, te odian un poco porque elegiste la libertad de perseguir lo que ellos nunca se atrevieron a buscar.
Seamos honestos, escribir te consume tiempo, energía y atención. Para tu pareja, eso significa menos "nosotros". Para tus amigos, significa que estás poco o nada disponible. Para tus padres, significa que te estás desperdiciando tu vida. Tu arte no solo no les importa; les resulta un inconveniente.
Nadie estará allí para levantarte cuando caigas. Nadie va a emocionarse con esa idea brillante que tuviste. Nadie va a leer tu borrador de 400 páginas con interés genuino. Nadie, absolutamente nadie creerá en ti. Y ahí está el truco: tampoco tienen que hacerlo. Porque, mi querido colega, el mundo no te debe nada.
El escritor verdadero aprende rápido que el camino elegido es una carrera larga de resistencia, no de aplausos. Si esperas apoyo, te quedarás en el mismo lugar donde empezaste. La soledad es la piedra angular de la escritura. Acepta que nadie entiende tu sueño porque no es de ellos, y sigue adelante.
¿Entonces por qué debes elegir seguir escribiendo?
Debes seguir adelante porque la idea de volcar tus ideas, tus pensamientos, te consume por dentro. Porque es lo único que te hace sentir vivo. Porque sin ello, no eres tú. Y si el precio de ser quien eres es caminar solo, entonces debes elegir el precio de la soledad.
Al final de tu camino, cuando te publiquen el artículo o cuando publiques tu libro, las opiniones cambiarán. O tal vez no. Pero eso es lo menos importante de tu carrera. Porque lo importante de tu carrera no será que compren tu libro. Lo importante llegará cuando quieran volver a leerte.
Así es que, colega. Sécate las lagrimas. Elimina la decepción que te han provocado los que te rodean. Sánate. Y Sigue escribiendo. Porque la frase hecha del "siempre creí en ti" es un formalismo hipócrita. Tú sabes la verdad: nunca nadie lo hizo.
Solo tu creíste. Siempre supiste que en algún momento lo lograrías.
Buena Escritura!
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