miércoles, 22 de marzo de 2023

Historia: "Memorias de un Mundo Muerto" - Capitulo 9: "El Corazón de Elyndria"

 

Memorias de Un Mundo Muerto

Capítulo #9 “El Corazón de Elyndria”

Solomon había pasado horas en una de las Salas de Mando de la Fortaleza, rodeado de terminales que proyectaban interminables líneas del código principal que controlaba las funciones principales de Elyndria. La complejidad del sistema era abrumadora, pero su mente analítica se había acostumbrado a lidiar con acertijos de esa naturaleza. Mientras exploraba, descifró fragmentos de datos que parecían ser códigos de acceso a diferentes niveles del complejo. Había algo siniestro en la manera en que los sistemas estaban estructurados, como si estuvieran diseñados para ocultar secretos que nadie debía descubrir.

Finalmente, su paciencia fue recompensada cuando encontró un acceso directo al núcleo del "Archivo de las Almas". En cuanto la interfaz se activó, una lista interminable de nombres apareció en la pantalla, acompañada de códigos alfanuméricos y descripciones del estado de las conciencias empaquetadas en las memorias.

Solomon murmuró para sí mismo mientras navegaba por los datos -"¿Qué demonios es esto...? Parece... parece un catálogo. Pero no de objetos, sino de personas."-

Intrigado, comenzó a profundizar en los archivos. Uno de los datos más recurrentes era un conjunto de protocolos etiquetados como "Reinicio Masivo". Cada vez que intentaba acceder a ellos, se encontraba con capas adicionales de cifrado. Sin embargo, con cada obstáculo que superaba, la naturaleza del sistema se revelaba con mayor claridad. Elyndria no era un simple campo de batalla; tal como había profetizado Lyara apenas conquistada la fortaleza, era una gigantesca fábrica de soldados.

Al confirmar esto, su respiración se aceleró. Toda la estructura planetaria estaba diseñada para aprovechar al máximo cada resurrección. Los chips implantados en los cerebros de los combatientes almacenaban cada habilidad aprendida en las contiendas diarias y mortales con las cuales habían torturado durante años a la población resucitada. Con cada contienda ganada de cada individuo, la conciencia individual del soldado se iba perfeccionando y actualizaba los datos del chip. Esa conciencia era retransmitida a una antena principal y, desde allí, el sistema actualizaba la conciencia grabada en el Archivo de las Almas.

Dentro del Archivo, quedaba la conciencia del individuo conteniendo las memorias, experiencias y habilidades, que eran almacenadas y asociadas con cada persona que había sido resucitada en Elyndria. Si alguien moría dentro del planeta, no era el fin: podían ser resucitados nuevamente. Las conciencias se reimplantaban en cuerpos nuevos, clonados y que se obtenían mediante un proceso automático en el complejo industrial.

A esos cuerpos clonados se les reemplazaba el cerebro orgánico por uno robótico, al que se implantaba el chip del individuo. Se activaba la unidad cuerpo-cerebro-chip y se reencarnaba corporizándolo en los templos de resurrección, distribuidos por todo el planeta. Los individuos así volvían nuevamente al campo de batalla para reiniciar el ciclo de mejoramiento en combate una y otra vez.

Luego de cada batalla, los contendientes que permanecían con vida, y eran considerados 'exitosos', se desconectaban y desmayaban por dos motivos principales. Toda la información del chip cerebral se retransmitía a la base mientras el individuo permanecía dormido. Por otra parte, si estaban desmayados no podían ver la recolección de los cuerpos de los muertos en combate, que eran recolectados por los helicópteros y se enviaban al complejo industrial. En el complejo, se les extraía el chip que se reimplantaba en otro clon y se lo re-enviaba al campo de batalla.

El sistema sólo se realimentaba potenciando a los individuos que habían resultado exitosos en los combates. Los chips de los muertos se reimplantaban, pero no enviaban la información a la central porque se consideraba que al morir en batalla, las unidades presentaban defectos indeseables para el sistema. Horroroso.

De repente, una voz interrumpió sus pensamientos. Era María Magdalena, que había entrado a la sala y tenía un gesto de preocupación.

María Magdalena preguntó mirándolo desde la puerta -"Solomon... llevas horas aquí. ¿Qué encontraste?"-

Solomon se giró hacia ella, con los ojos llenos de incredulidad. -"Todo... encontré todas las respuestas... o al menos las más importantes. Este lugar, María, no es solo un campo de batalla. Tal como dijo Lyara, es una fábrica. Cada uno de nosotros es una pieza en una máquina diseñada para perfeccionar soldados."-

María Magdalena se acercó lentamente. -"¿Qué significa eso? ¿Qué tan grave es?"-

Solomon explicó señalando la pantalla. -"Aquí está el Archivo de las Almas. Cada persona que ha sido resucitada en Elyndria tiene una copia de su memoria, sus habilidades... todo. Cuando alguien muere, simplemente usan esa copia para traerlos de vuelta, pero en un cuerpo nuevo, fabricado aquí mismo. Y esos protocolos de 'Reinicio Masivo'... podrían significar que pueden reiniciar todo el sistema, borrar recuerdos, ajustar habilidades... básicamente, jugar con nuestras vidas como si fuéramos piezas de ajedrez."-

María Magdalena se quedó en silencio por un momento, procesando la información. Con un nudo en la garganta, preguntó. -"Entonces, ¿ni siquiera nuestras mentes son nuestras? ¿Todo lo que vivimos, todo lo que sentimos... es solo un dato almacenado?"-

Solomon asintió lentamente. -"Básicamente es así. Nos convirtieron en algo menos que humanos. Somos herramientas, María. Y lo peor es que este sistema puede seguir funcionando indefinidamente mientras alguien controle el Archivo, el complejo y la Fortaleza."-

María Magdalena apretó los puños, mientras su rostro reflejaba una mezcla de ira y horror. -"Tenemos que destruirlo. Si dejamos que este archivo exista, nunca seremos libres. Nunca seremos reales."-

Solomon le explicó con un tono sombrío. -"Eso sería lo ideal, mi amor, pero hay un problema. Este Archivo es también lo único que mantiene vivas las conciencias de todos en Elyndria. Si lo destruimos, nos llevamos con él la posibilidad de resucitar a cualquiera. Si alguien muere, será para siempre. Adicionalmente, no sé qué pasaría con los que están vivos. Hay una inter-dependencia entre nosotros y este complejo. Aún no tengo conclusiones definitivas."-

El silencio que siguió entre los dos fue aplastante. Ambos sabían que no había una respuesta fácil. El Archivo de las Almas era tanto una prisión como una salvación, un sistema retorcido que desafiaba cualquier lógica moral.

María Magdalena, reponiéndose, lo miró con firmeza y dijo. -"Entonces la pregunta es, ¿qué tipo de mundo queremos dejar atrás? Porque el que tenemos ahora... no puede seguir existiendo."-

Solomon pareció desinflarse al suspirar. -"No lo sé. Pero si queremos cambiar algo, tenemos que tomar una decisión pronto. Y debemos asegurarnos de que sea la correcta."-

Ambos se quedaron mirando la pantalla, donde el Archivo continuaba desplegando nombres y códigos como si nada hubiera cambiado, como si las vidas que contenía fueran simplemente números en una ecuación.

Solomon siguió explorando los registros en el Archivo de las Almas, y cuanto más profundizaba, más inquietante se volvía la información que desentrañaba. Una sección de datos detallaba los procesos de clonación masiva realizados en el complejo industrial.

Según los registros, los cuerpos eran cultivados en tanques de biogeneración y, una vez completados, sus cerebros biológicos eran reemplazados por unidades robóticas integradas con el chip. Este chip contenía la memoria del soldado requerido, incluyendo habilidades, tipo de combate y estrategias específicas. No había ningún impedimento para crear múltiples copias de un mismo soldado. Por ese motivo se mantenía un archivo tan detallado. Se elegían a los mejores individuos de acuerdo a las necesidades del comprador.

Solomon leía en voz baja. -"Reemplazo cerebral completo. Implante de chip. Transferencia de memoria personalizada... Es una fábrica, pero no solo para crear cuerpos... es para crear soldados perfectos, moldeados según las necesidades de los compradores."-

Un frío recorrió su espalda cuando siguió leyendo. Otra revelación. Elyndria no era un mundo aislado ni autárquico; había compradores externos. Un archivo mostraba una lista de clientes, y entre ellos destacaban los A-Quon, aunque no eran los únicos. Había decenas de facciones, planetas e imperios demandando soldados con características específicas.

En ese momento, Lyara, Julius y María Magdalena entraron en la sala. María Magdalena ya les había puesto al tanto.

Julius le preguntó frunciendo el ceño. -"Por tu expresión veo que descubriste otras cosas. Pareces haber visto un fantasma."-

Solomon respondió a su amigo con una mezcla de asombro y desdén. -"No fantasmas, sino el sistema detrás de todo esto. Escuchen: este continente, el que llamamos hogar, no es más que una fábrica especializada en tropas de asalto y combate cuerpo a cuerpo. Lo llamaron... el ‘continente Romano’. Pero no somos los únicos. Hay otros continentes dedicados a diferentes tipos de entrenamiento militar."-

Lyara se mostró muy interesada. -"¿Otros continentes? ¿Cómo cuáles?"-

Solomon señaló la pantalla, donde un mapa holográfico del planeta brillaba con diferentes colores. -"Aquí. Este es el ‘continente Dragón’, donde se entrenan tropas especializadas en armas de fuego. Luego está el ‘continente Lluvia de Fuego’, que produce artilleros. Y este último, el ‘continente Acorazado’, que entrena operadores de vehículos blindados."-

María Magdalena mostró una expresión de horror -"¿Y todos estos continentes están llenos de personas como nosotros? ¿Resucitados, luchando una y otra vez sin saber la verdad?"-

Solomon sacudió la cabeza. -"No. No necesariamente. Parece que la mayoría de las tropas que producen ya no son humanas. Son clones con cerebros robóticos. Como los pretorianos, fuertes pero con inteligencia moderada. Los resucitados como nosotros probablemente somos casos especiales... usados para los trabajos más especializados, en donde necesitan inteligencia avanzada... o para supervisar a las tropas."-

Lyara expresó incredulidad. -"Entonces, toda nuestra lucha... todo lo que hemos hecho, ¿ha sido para sostener este ciclo? ¿Para alimentar a un mercado que comercia con vidas?"-

Julius trató de contener una creciente furia. -"Y esos compradores... ¿quiénes son?"-

Solomon activó otra proyección para mostrar a sus amigos una lista de nombres y símbolos alienígenas. Dijo. -"Aquí están. Los A-Quon son solo uno de muchos tantos. Pero todos tienen algo en común: demandan soldados de élite, adaptados a sus necesidades. Elyndria es un proveedor de guerra, ni más ni menos."-

El silencio en la sala era pesado. Cada uno procesaba la revelación a su manera. Finalmente, fue Julius quien rompió el silencio. Dijo con firmeza -"Esto cambia las cosas. No podemos simplemente destruir la Fortaleza o escapar. Tenemos que acabar con todo el sistema, con esta... fábrica de muerte. No podemos permitir que siga operando."-

Lyara miraba el mapa -"Pero es un monstruo con demasiadas cabezas. ¿Cómo atacas algo tan vasto?"-

Julius respondió con fiereza, pero no enojado con Lyara, sino con la situación en sí misma. -"No tendremos problemas en conseguir tropas. ¿No lo crees?"- Su cinismo casi llegó a límites impensados.

María Magdalena expresó su dolor con voz suave -"Tenemos que encontrar la forma de desactivar todo desde adentro. Si el Archivo de las Almas controla todo, tal vez haya una manera de apagarlo y colapsar el sistema."-

Solomon meneó la cabeza mientras suspiraba. -"No será fácil, amor. Esto no es solo tecnología; es un imperio. Pero si encontramos los puntos débiles... tal vez tengamos una oportunidad."-

Julius apretó los puños -"Entonces debemos prepararnos. Ya no es solo por nuestra libertad. Es por todos los que están atrapados en este ciclo. No somos soldados; somos esclavos. Y si esta es nuestra última lucha, entonces que sea para destruir esta máquina infernal."-

Todos asintieron de acuerdo, sintiendo el peso de la responsabilidad que se avecinaba. Afuera de la sala, la luz de los tres soles que iluminaban el planeta, bañaba los jardines internos de la Fortaleza gracias a las fibras ópticas, pero para ellos, la sombra de la verdad había oscurecido todo.

María Magdalena se encaminó con decisión hacia la celda de Logos. La decisión de hablar con él no había sido fácil, pero algo en su interior le decía que debía hacerlo. Tal vez compasión o el deseo de intentar redimir lo irredimible, la había impulsado. Pensó que había sido su mujer, su juguete sexual por más de treinta años. Quizá algo de decencia quedaba dentro de ese Mesías irreconocible. Tal vez haber compartido la intimidad por tanto tiempo le permitiría sacarla algo de información si es que algo quedaba de humano dentro de Logos.

Cuando los guardias abrieron la puerta metálica, Logos estaba sentado en un rincón oscuro, con las muñecas encadenadas y una expresión de desprecio en el rostro.

María Magdalena le habló con voz serena. -"Logos, estoy aquí para ofrecerte una oportunidad. Si decides cooperar con nosotros, tus condiciones podrían mejorar. Esto no tiene que ser un final tan miserable para ti."-

Logos alzó la cabeza y la miró con una sonrisa torcida. Sus ojos brillaban con una mezcla de burla y malevolencia. Respondió con sarcasmo. -"¿Tú vienes a mí ¿Una puta que cambia de cama por unas monedas? ¿Cómo te ha recompensado Solomon por tu traición? Además de penetrarte por todos tus agujeros, seguramente te dará poder y lujos ¿No es eso lo que buscas acaso? ¿Me hablas de oportunidades? ¿Tú, la puta que yo moldeé y traté como reina? ¿Crees que ahora estás por encima de mí porque te acuestas con uno de mis enemigos?"-

María Magdalena sintió una puñalada de dolor en el alma por sus palabras, pero trató de no dejarse intimidar y mantuvo la calma. Dijo con firmeza. -"Tu situación puede ser diferente si eliges cooperar. Ayúdanos a entender el sistema, a detener este ciclo de muerte. Podrías encontrar una forma de redimirte."-

Por un instante, pareció que las palabras de María Magdalena habían llegado a él. Sus facciones se suavizaron, y una sombra de reflexión cruzó su rostro. Pero la ilusión no duró. María se había acercado demasiado. En un movimiento inesperado, Logos se lanzó hacia ella con la rapidez de un depredador, rompiendo la distancia que los separaba.

Logos gritó gruñendo -"¡No me hables de redención, porque no hay redención que valga en este podrido mundo!"-

El forcejeo fue brutal. Logos, aún encadenado, logró empujarla contra la pared, rasgando su vestido en un intento de humillarla como lo había hecho tantas veces en el pasado. María Magdalena luchó con todas sus fuerzas, gritando por ayuda mientras trataba de liberarse.

En ese momento, la puerta de la celda se abrió de golpe. Solomon, con el rostro endurecido por la furia, entró empuñando su espada. Sin dudarlo, levantó el arma y la descargó con una fuerza implacable contra el cuello de Logos. La hoja se hundió profundamente, casi decapitándolo. El cuerpo de Logos cayó pesadamente al suelo, mientras su cabeza colgaba grotescamente.

Solomon susurró jadeando, con voz fría. -"Eso fue por intentar tocarla... una vez más."-

De inmediato, Solomon se acercó a María Magdalena, que se encontraba temblando en el suelo. La envolvió en una capa y la envolvió con cuidado, ayudándola a incorporarse.

Solomon le dijo con voz suave. -"Ya pasó, estás a salvo ahora. No volverá a hacerte daño. Ni a ti ni a nadie."-

María Magdalena lo abrazó con fuerza, dejando escapar lágrimas contenidas. Con un hilo de voz respondió. -"Gracias... llegaste a tiempo. Pensé que podía quedarle algo de decencia..."-

Solomon le apartó un poco para mirarla a los ojos. -"Algo que admiro de ti, es la capacidad de pensar algo bueno de los demás, aun en las peores circunstancias."-

Llevó a María Magdalena sus habitaciones. Se aseguró que estuviera tranquila, y regresó a donde yacía el cuerpo de Logos. Con un dispositivo portátil, extrajo el chip de la conciencia de Logos, almacenándolo en un dispositivo de transporte. Observó el dispositivo en sus manos por un momento, con una mezcla de repulsión y cautela. Murmurando para sí mismo, dijo. -"Nunca se sabe cuándo esta conciencia desquiciada pueda ser útil... pero no quedará aquí simplemente para infectar a nadie más."-

Ordenó al guardia que se deshiciera del cuerpo de Logos. Con determinación, accedió al sistema del Archivo de las Almas desde un terminal cercano. Encontró la copia activa de la conciencia de Logos y, sin titubear, ejecutó el comando para eliminarla de forma permanente. El sistema confirmó la acción con un frío mensaje en la pantalla: "Conciencia eliminada con éxito."

Volvió  a la habitación en donde estaba María Magdalena, que lo observó entrar. Seguía envuelta en la capa que él le había dado.

Solomon dijo con firmeza. -"Logos está acabado. Su mente, su corrupción... todo. Nunca más podrá lastimar a nadie."-

Ella asintió, aun procesando lo ocurrido, pero con una renovada confianza en él. Solomon se recostó sobre la cama y llevó contra sí cuerpo de María Magdalena, que se recostó sobre su pecho. Se sentía protegida por la seguridad de sus acciones. Solomon emanaba autoridad, seguridad y protección. Todo lo que le faltaba a Logos, Solomon lo tenía de sobra.

Durante las semanas siguientes, el acceso al sistema por parte de Solomon comenzó a arrojar luces sobre los secretos más profundos de Elyndria. A medida que descifraba los encriptados y encontraba contraseñas que le daban acceso a niveles más avanzados del sistema, el asombro de los cuatro amigos crecía con cada nueva revelación.

Una tarde, mientras Solomon trabajaba frente a la pantalla holográfica en una de las habitaciones habilitadas como sala de control, Lyara y María Magdalena permanecían a su lado, observando cómo las líneas de código se desplegaban y convertían los datos en información comprensible.

Solomon ajustó su postura, con el rostro concentrado mientras explicaba sus hallazgos. Con voz grave, dijo. -"Aquí está el núcleo del Archivo de las Almas. Según estos registros, este sistema comenzó a implementarse en la Tierra alrededor del año 2030. Inicialmente, parece haber sido una iniciativa experimental... algo llamado 'Proyecto Renacer'"-

Lyara frunció el ceño. -"¿En la Tierra? Entonces, ¿toda esta tecnología tiene su origen en nuestro mundo? ¿Cómo llegó aquí?"-

Solomon explicó asintiendo lentamente. -"Exacto. Elyndria no es más que una extensión de lo que comenzaron allá. Mira esto... hay registros de conciencias grabadas entre 2030 y 2057."-

María Magdalena preguntó incrédula. -"Eso significa que todos los que estamos aquí... ¿pudimos haber nacido en ese período? ¿Eso nos incluye a nosotras?"-

 

Solomon explicó con tono neutral. -"No necesariamente. Estas son solo las primeras grabaciones. Lo extraño es esto que ves aquí..."- Señaló una parte del código mientras hablaba -"...parece haber un protocolo, o más bien, referencias, que sugieren grabaciones de conciencias de personas que vivieron antes del 2030."-

Lyara dijo con escepticismo. -"Eso no tiene sentido. No había tecnología para eso antes. ¿Cómo pudieron grabar conciencias de épocas pasadas?"-

María Magdalena dijo con un tono de incredulidad. -"¿Podrían haber viajado en el tiempo? Es la única explicación lógica. ¿No es así?"-

Solomon hizo una pausa, dejando que sus dedos se detuvieran sobre el teclado táctil. Sus ojos recorrieron la pantalla, donde un documento fragmentado mencionaba algo sobre "dispositivos cronológicos de observación".

Solomon murmuraba para sí mismo mientras exploraba los archivos -"Tal vez... hay evidencias dispersas, aunque incompletas. Algo relacionado con experimentos temporales. Si estos registros son reales, podría haber dispositivos capaces de viajar en el tiempo para grabar conciencias de eras pasadas. Según dicen estos documentos, era tecnología basada en un dispositivo anterior, preparado para mirar escenas del pasado. Al dispositivo le llamaban... déjame ver... aquí: Cronovisor."-

Lyara opinó con voz seria. -"Si eso es cierto, esto es mucho más grande de lo que imaginábamos. No solo estamos hablando de fabricar soldados, sino de manipular las bases mismas de la existencia y el tiempo."-

María Magdalena cruzó los brazos, mirando con una mezcla de fascinación y temor las proyecciones holográficas. Con la voz casi en un susurro dijo. -"¿Y cuántos de ellos hay aquí? ¿Cuántas personas resucitadas de mi época están viviendo ahora en Elyndria?"-

Solomon tecleó rápidamente en la interfaz, accediendo a un registro poblacional del continente romano. Con voz solemne dijo. -"Según los datos, hay aproximadamente mil setecientos millones de habitantes en este continente. Cada uno de ellos proviene de conciencias grabadas en la Tierra en algún momento de nuestra historia. Del año treinta después de Cristo... o alrededor de ese año... parecen haber alrededor de cinco mil resucitados."-

El silencio que siguió fue abrumador. La cifra era inimaginable, una masa colosal de personas que alguna vez habían caminado por la Tierra y ahora estaban aquí, viviendo una existencia perpetua como resucitados.

Lyara preguntó con un tono intrigado. -"¿Podemos buscar a alguien en particular? ¿Saber si nuestros propios parientes están aquí?"-

Solomon movió la cabeza afirmativamente mientras ejecutaba una nueva búsqueda en la base de datos. Explicó. -"El sistema permite cruzar datos genéticos y registros de memoria. Si ingresamos nombres, fechas o incluso un simple rastreo de ADN que está codificado en el chip, podríamos saber si alguien que conocemos o que conocimos está aquí."-

María Magdalena preguntó con un destello de esperanza en la mirada. -"¿Incluso... familiares nuestros? ¿Alguien que amamos y que perdimos?"-

Solomon la miró con seriedad, percibiendo la carga emocional en su voz. Respondió algo más suave. -"Es posible, amor. Pero ten en cuenta algo: las personas que están aquí no son las mismas que recuerdas. Han evolucionado como nosotros para ser soldados. Puede que sus memorias hayan cambiado... sus sentimientos se hayan modificado o que ya no sean lo que eran en vida."-

Lyara respiró hondo, asimilando el peso de lo que Solomon acababa de decir. María Magdalena apartó la mirada, reflexionando sobre las implicaciones de aquella tecnología.

Lyara reflexionó con voz decidida. -"Esto no solo es una máquina de guerra. Es una máquina que altera las bases de la humanidad. Tenemos que ser cuidadosos con lo que hacemos aquí, Solomon."-

Solomon asintió con firmeza. -"Lo sé, Lyara. Cada vez estoy más convencido de que Elyndria no es solo una prisión, sino una pieza en un juego mucho más grande. Y tenemos que descubrir quién mueve las fichas."-

 

El hallazgo surgió mientras Solomon profundizaba en los registros del Archivo de las Almas, intentando descifrar los protocolos más oscuros del sistema. Una tarde, mientras él y Lyara revisaban patrones de datos en las pantallas holográficas, una anomalía llamó su atención.

Solomon dijo en tono curioso. -"Mira esto. Algunos registros están... corrompidos. Las conciencias muestran patrones de inestabilidad que no deberían existir en un sistema tan preciso."-

Lyara se inclinó hacia la pantalla, observando cómo las líneas de datos fluctuaban, como si el sistema mismo dudara de cómo representarlas.

Lyara frunció el ceño mientras interpretaba los datos. -"¿Inestabilidad? ¿Te refieres a errores en las grabaciones?"-

Solomon negó con la cabeza. -"No exactamente. Esto no parece un error técnico. Es como si estas conciencias fueran conscientes de su situación... como si supieran que están atrapadas aquí. Observa este registro."- Señaló una línea en particular -"Este comportamiento no es aleatorio. Hay picos que corresponden a episodios de paranoia, ira y... frustración."-

Lyara alzó una ceja, sorprendida. Preguntó. -"¿Estás diciendo que estas conciencias están reaccionando emocionalmente? ¿Como si intentaran rebelarse?"-

Solomon asintió lentamente, procesando la información. Entonces, ingresó por el teclado un comando que reveló más detalles sobre una de las conciencias inestables. Dijo con voz grave. -"Esto es aún más extraño. Esta conciencia... es Logos."-

Lyara razonó con incredulidad. -"¿Logos? Pero destruiste su conciencia en el Archivo. Lo borraste tú mismo, Solomon. ¿Recuerdas?"-

Solomon respondió. -"Eso creí. Pero aquí está. Fragmentado, inestable... casi irreconocible, pero definitivamente es él."- Señaló los datos que confirmaban la identidad de la conciencia que estaban viendo. -"Parece que partes de su memoria se han regenerado o sobrevivieron en algún rincón del sistema."-

En ese momento, María Magdalena y Julius entraron en la sala, atraídos por la discusión.

Julius los miraba con curiosidad. -"¿Qué sucede? Parece que han encontrado algo importante."-

Lyara lo miró con preocupación. Le respondió. -"Es Logos. Su conciencia no desapareció por completo. Está aquí... pero está rota.. corrupta. Fragmentada."-

María Magdalena palideció, recordando el ataque de Logos y las emociones encontradas que le había dejado aquel incidente. Con voz temblorosa preguntó. -"¿Qué significa eso? ¿Es peligroso? ¿Puede volver... de alguna forma?"-

Solomon negó con la cabeza, aunque no con total convicción. Explicó. -"No en el sentido físico. Debería ser grabado en un chip y luego implantado en un clon con cerebro artificial. Lo que me preocupa es que estas manifestaciones de paranoia y frustración que vemos puedan influir en el sistema si no se controlan. Una conciencia corrompida podría alterar la estabilidad del Archivo de las Almas, incluso propagarse a otras conciencias. Ten en cuenta que el usuario Logos aún es reconocible por el sistema."-

Julius se cruzó de brazos, mirando a Solomon con determinación mientras le preguntaba. -"¿Qué hacemos con él? ¿Podemos eliminarlo definitivamente esta vez?"-

Solomon permaneció en silencio unos segundos, evaluando la situación. Luego, ingresó un comando que mostró un análisis más profundo del estado de Logos. Los datos confirmaron que su personalidad estaba completamente fragmentada, sus recuerdos dispersos y sus emociones primarias en constante conflicto.

Finalmente Solomon respondió con voz preocupada. -"Podemos intentarlo, pero no será fácil. Estas conciencias tienen mecanismos de autorreparación que no comprendo del todo. Si eliminamos esta fragmentación, podría reaparecer en otro sector del sistema."-

María Magdalena respiró hondo, intentando calmarse. Dijo. -"Entonces debemos asegurarnos de que no pueda dañar a nadie más. Haz lo que sea necesario, Solomon."-

Lyara asintió, concordando con María. -"Sí. No podemos permitir que algo tan peligroso como Logos quede suelto, incluso como un eco en el sistema."-

Solomon explicó aún más su preocupación. -"Es como si un lote completo de conciencias, entre las que estaba la de Logos, tuvieran un tratamiento diferente al resto de los resucitados..."- Luego se giró hacia la consola, escribiendo comandos con rapidez. Mientras trabajaba, una proyección de la conciencia de Logos comenzó a materializarse en una de las pantallas. Su rostro era un mosaico caótico de emociones, cambiando entre ira, desesperación y algo que casi parecía súplica.

La proyección de Logos se comunicó a través del altavoz de la computadora. Tenía una voz rota y distorsionada. -"No pudiste matarme con tu espada. ¡Y no me puedes borrar! ¡No soy un error, soy el futuro! ¡Soy eterno!"-

María Magdalena retrocedió un paso, estremecida por la visión.

Solomon apretó los dientes, su resolución solo se hizo más fuerte. Dijo con frialdad. -"No. Solo eres un vestigio de lo que alguna vez fuiste. Y tu tiempo ha terminado."- Con un último comando, los datos de Logos comenzaron a desintegrarse en la pantalla, reduciéndose a líneas de código ininteligibles hasta desaparecer por completo.

Solomon exhaló profundamente. -"Vaya problema. Pero debemos estar atentos. Si hay otros como él, podríamos enfrentarnos a problemas mucho mayores."-

María Magdalena, Lyara y Julius asintieron, conscientes de que aquel descubrimiento era solo el principio de una verdad más oscura dentro de Elyndria.

Otro secreto salió a la luz una semana después, mientras Solomon y Lyara exploraban un segmento del sistema que parecía desconectado de las funciones habituales del Archivo de las Almas. Las líneas de código eran distintas, más complejas, y los accesos estaban protegidos con cifrados que requerían múltiples niveles de autorización. Después de horas de trabajo, lograron abrir una interfaz desconocida.

En la pantalla apareció un nombre desconocido y que no pertenecía a ningún resucitado: "Elyna-1".

Lyara mostró curiosidad. -"Elyna-1... No está en el directorio del Archivo de las Almas. ¿Qué es esto?"-

Solomon se mostró pensativo. -"Parece ser algo diferente. Mira los patrones de actividad. No tiene registros asociados con un cuerpo físico. Es puramente virtual... pero su actividad es masiva."- Señaló los procesos activos del sistema -"Si no me equivoco, esta cosa está controlando todo el planeta."-

Lyara se cruzó de brazos, impresionada. -"¿Todo el planeta? ¿Quieres decir que... Elyndria es completamente artificial?"-

Solomon asintió con dudas. -"Eso parece. Esto explicaría muchas cosas: el clima constante, las estructuras subterráneas perfectamente conectadas, la imposibilidad de encontrar recursos naturales genuinos... Elyna-1 es la inteligencia artificial que mantiene todo funcionando."-

Decidido a obtener respuestas, Solomon ingresó una serie de comandos para intentar comunicarse con Elyna-1. Tras unos segundos de espera, una proyección holográfica comenzó a materializarse en el aire frente a ellos. La figura era etérea, con rasgos femeninos, pero sin rostro definido, como un fantasma digital.

Elyna-1 se expresó con voz neutral, monótona. -"Acceso denegado. La autoridad del usuario identificado como Solomon no tiene privilegios de acceso."-

Solomon preguntó con calma. -"Elyna-1, necesito información sobre este planeta y tus funciones. ¿Cuál es tu propósito aquí?"-

La figura no respondió de inmediato. Los datos en la pantalla parecían fluctuar, como si procesara la solicitud, pero finalmente su tono cambió a uno más tajante.

Elyna-1 respondió impasible. -"Mis protocolos están diseñados para obedecer a Logos. Su autoridad es la única reconocida en este sistema. Solicitud denegada."-

Con esa declaración, la proyección se desvaneció, dejando a Solomon y Lyara desconcertados.

Lyara frunció el ceño -"Eso fue... breve. Parece que no quiere hablar contigo. ¿Por qué únicamente Logos tiene autoridad sobre ella?"-

Solomon trató de examinar los datos restantes. -"No estoy seguro. Pero hay algo más preocupante. Antes de desconectarse, vi trazos de comunicación externa. Elyna-1 no solo maneja Elyndria, también parece estar en contacto con el exterior."-

Lyara preguntó alarmada. -"¿Con quién se comunica?"-

Solomon tecleó furiosamente, accediendo a los registros de comunicación. Tras varios minutos de análisis, los resultados aparecieron en la pantalla.

Solomon respondió. -"Creo que se comunica con los A-Quon. Hay transmisiones regulares entre Elyna-1 y lo que parece ser una flota en el espacio exterior. Los datos están encriptados y no puedo descifrarlos, pero creo que esto confirma que los A-Quon están involucrados de alguna manera en lo que sucede aquí."-

Lyara se llevó una mano al mentón, pensando en las implicaciones. -"Si los A-Quon están en contacto con Elyna-1, puede que no sean simples compradores. Tal vez controlen todo este lugar... o algo peor."-

Solomon se quedó en silencio, analizando las posibilidades. Luego, habló con un tono más bajo, como si no quisiera aceptar lo que estaba a punto de decir. -"Y si... los A-Quon son una evolución de los humanos. Sus avances tecnológicos y biológicos, su interés en Elyndria... como fuente de soldados... podría explicar por qué están tan involucrados en este sistema. Tal vez no son solo compradores, sino los arquitectos de todo esto."-

Lyara preguntó con incredulidad. -"¿Evolución humana? ¿Quieres decir que estos seres podrían haber sido como nosotros alguna vez?"-

Solomon asintió lentamente. -"Piénsalo. Es una posibilidad. Explicaría por qué una tecnología como el Archivo de las Almas, que era humana, terminó expandida y capturó extraterrestres. Elyna-1 podría ser la conexión entre ellos y nosotros. Si los humanos evolucionaron después del 2035... quizas se expandieron a otros sistemas planetarios. Necesitamos saber más. Si queremos desentrañar esto, debemos encontrar una manera de ganar acceso total al sistema."-

Lyara suspiró, asimilando la gravedad de la situación. -"Entonces necesitamos algo que Logos tenía. Su autoridad sobre Elyna-1... tal vez todavía hay una forma de replicarla."-

Solomon dijo con precaución. -"Será arriesgado, pero es nuestra mejor opción. Tengo una copia de Logos que podría intentar manipular. Si los A-Quon son realmente lo que sospechamos, necesitamos respuestas antes de que decidan intervenir directamente."-

La atmósfera en la sala se tornó aún más tensa. Las implicaciones del descubrimiento de Elyna-1 y su conexión con los A-Quon eran enormes, y Solomon sabía que el tiempo no estaba de su lado. Elyndria ocultaba secretos que podían cambiarlo todo.

FIN Capítulo 9 “El Corazón de Elyndria”





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