miércoles, 14 de agosto de 2024

Nota: "Hábitos de Escritura"

 

Hábitos de escritura

Una de las principales distinciones entre los escritores profesionales y los aficionados radica en sus hábitos de escritura.

Al examinar estas diferencias, se pueden identificar las razones que impiden a un escritor convertir su producción literaria en una actividad profesional.

En este punto no estoy hablando de "calidad" de producción ni de "éxito" comercial. Me refiero a la producción literaria en cuanto a volumen de publicaciones y temáticas abordadas en la producción.

Aclarado el punto, a continuación, exploraré algunas de las diferencias más comunes en el enfoque de la escritura y la práctica diaria:

 

Rutina y Disciplina

Los escritores profesionales solemos tener una rutina de escritura establecida. Podemos dedicar horas específicas del día a escribir, porque vemos a la escritura como un trabajo, no una afición. La disciplina es clave en cualquier trabajo, y en una actividad artística como la escritura es importante que usted se comprometa a cumplir con sus metas de escritura, independientemente de si están inspirado/a o no.

Los escritores aficionados, por lo general, escriben cuando tienen tiempo libre o cuando sienten "inspiración". La escritura suele no ser una prioridad diaria, y la falta de una rutina establecida puede llevar a pausas largas (de días o semanas) entre sesiones de escritura.

 

Metas y Objetivos

Los profesionales solemos tener metas claras y específicas para nuestros proyectos. Esto puede incluir plazos para completar un borrador, un número específico de palabras al día, objetivos de publicación o trabajo relacionado con la difusión literaria. Usualmente nuestros objetivos están orientados hacia resultados concretos, como la publicación, difusión y/o venta de nuestros trabajos.

Los aficionados suelen tener objetivos no focalizados, por lo que su planificación puede ser "difusa" o esperan resultados más vagos, como puede ser simplemente disfrutar del proceso de escritura o expresar pensamientos y emociones momentáneos. Usualmente un escritor aficionado puede no estar enfocado en la publicación o en completar proyectos extensos.

 

Edición y Revisión

La revisión y edición son partes integrales del proceso de escritura. Los escritores profesionales solemos revisar múltiples borradores y trabajamos en la edición para pulir los trabajos hasta alcanzar un estándar de calidad específico para cada proyecto. Solemos tener bien en claro la calidad requerida según el medio de distribución de contenidos y los lectores objetivos a los que apuntamos. Mientras más alto el nivel de calidad, mayor trabajo demandará el proyecto. Por lo general, no consideramos nunca como "versión final" a ningún trabajo. Al contrario: todos ellos son perfectibles, mejorables y, dependiendo de muchos factores, encontramos la "primer versión publicable" como aquella que está en condiciones de ser leída por los lectores, pero asumimos que nunca será una versión "perfecta".

Los aficionados pueden dedicar menos tiempo a la revisión y edición, o hacerlo de manera más superficial. Algunos aficionados pueden incluso considerar sus primeros borradores como versiones finales.

 

Conocimiento del Mercado

Los profesionales tenemos un buen entendimiento del mercado editorial, los lectores y las tendencias actuales. Podemos ajustar la escritura para satisfacer demandas del mercado y adaptar nuestros estilos para llegar a un público más amplio. En la actualidad, los escritores profesionales estamos en un proceso evolutivo que nos lleva no solo a tener planes de mercadotecnia puntuales para lograr objetivos diversos que básicamente son: lectura, difusión, generación de "marca", etc.

Pero también debemos estar especializados para trabajar en medios de difusión tales como: escritos en papel, ebooks, videos, audiolibros, blogs, redes sociales de difusión, etc.

 Los escritores aficionados usualmente escriben para si mismos, sin preocuparse tanto por las tendencias del mercado, las expectativas del público o el medio en el que publican (la "línea editorial"). Su enfoque es más personal y menos influenciado por consideraciones comerciales.

 

Formación y Aprendizaje Continuo

Los profesionales solemos estar comprometidos con el aprendizaje continuo. Esto puede incluir asistir a talleres, conferencias, leer sobre técnicas de escritura. Pero también consiste  en buscar constantemente mejoras en el oficio y adaptarnos a nuevos desafíos, como puede ser escribir sobre temáticas que nos son desconocidas o nos resultan incómodas.

Aunque muchos aficionados también buscan mejorar, pueden no tener el mismo nivel de compromiso con la formación continua y el progreso de los escritos. Pueden depender más de su intuición y experiencia personal que de la formación formal.

 

Relación con la Inspiración

Si bien los profesionales reconocemos que la inspiración es valiosa, no dependemos de ella. Escribimos cuando necesitamos entregar o terminar un trabajo. Si estamos "inspirados", seguramente nuestro trabajo tendrá un mejor nivel, pero esperamos por la inspiración para escribir. Desde ese punto de vista, comprendemos que la escritura es un oficio que requiere esfuerzo constante, incluso en ausencia de inspiración.

Un escritor aficionado suele esperar a sentirse inspirado antes de sentarse a escribir. Y esa falta de inspiración puede ser una razón común para no escribir durante largos períodos.

 

Conclusiones

Estas diferencias (que no son todas), no implican que un enfoque sea necesariamente mejor que el otro. Muchos escritores profesionales comenzaron como aficionados, y los hábitos pueden evolucionar con el tiempo. La clave está en encontrar un equilibrio que funcione para el escritor individual y que le permita alcanzar sus objetivos personales y creativos.

 

Buena Escritura !




 

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