viernes, 9 de mayo de 2025

Humor: "Seguidores, el calvario del hombre promedio"

 



Seguidores, el calvario del hombre promedio

¡Oh, noble emprendedor del scroll infinito!

¡Tú!, varón moderno, que te enfrentas cada día a la cruel jungla de las redes sociales armado solo con tu talento, un cafecito, una remera agujereada y tu dignidad tambaleante... ¿hasta cuándo soportarás esta injusticia?

¿Hasta cuándo verás pasar pulposas influencers que se mueven zangoloteando anatómicas virtudes?

¡Miles de babosos seguidores siguen cuentas de jovencitas, maduras y desesperadas gerontes danzantes, mientras tú te hundes en la ciénaga del anonimato, con 3 likes dudosos de bots chinos y tal vez, uno de tu propia madre!

Porque seamos honestos, hermano testosteroneico: ser hombre en las redes sociales es como intentar vender hielo en la Antártida.

¿Qué hacemos los fieros, que fuimos traídos al mundo sin el rostro agraciado de Brad Pitt o el cuerpo de Arnoldo Schuartznosecuánto?

  • ¿Subimos una foto leyendo un libro...? 3 likes.
  • ¿Un videíto hablando de filosofía...? 1 view y un comentario que dice “¿y cuando subes culos?”
  • ¿Mostramos nuestros abdominales flojos y distendidos después de recibir al delivery de empanadas?


No tengo idea... quizá a tí se te ocurra algo que nos salve...

Mientras tanto, nuestras contrapartes femeninas suben una lola asomada en medio de un vestido ajustado y ¡BOOM!: “22 mil seguidores nuevos, un contrato de una marca de shampoo y una invitación a Dubái con todo pago”. ¡¡¡Y eso sin decir ni una palabra!!!

Nosotros, en cambio, nos debatimos entre publicar un meme ingenioso o una foto entrenando. Quizás, solo quizás, si compartimos una receta de guacamole con mensaje emocional, alguien notará nuestras virtudes... pero NOOOO. Nadie. Apenas un like de “Los primos del quincho”.

¡Y ni hablar de intentar parecer sexys! Si una mujer sube una selfie en ropa interior, la aplauden como si fuera Da Vinci reinventando la Gioconda. Si tú lo intentas mostrando tu mejor calzoncillo roto... denuncia masiva en Facebook. "Inapropiado”, “Tóxico”, “Ponéte un pantalón, Jorge”.

Entonces te adaptas, claro. Intentas seguir tendencias.

Haces el bailecito de moda, el meneíto con bracitos y ¿qué consigues? Un sobrino deja de hablarte y varios seguidores menos. ¡Inexplicable!

Quizá intentas la vía intelectual. Subes frases de Nietzsche. Pero ¿quién quiere un tipo con ideas profundas cuando puedes conseguir la mejor receta de papas fritas con queso? Nadie, brother. Nadie.

Tampoco sirve mostrar tus talentos. Puedes tocar el violín, hacer malabares, resolver el cubo Rubik con los dedos de los pies... igual te comentarán: “¡Qué buena la foto con tu gato!”. ¿CUÁL GATO, SI ERA UN ALMOHADÓN DE PLÁSTICO?

Por eso hoy, desde esta columna sin fines de lucro (claramente no nos pagan ni con seguidores), hacemos un llamado desesperado a la humanidad: ¡Sígannos, SE LOS SUPLICO!

Somos buena onda, podemos abrir frascos sin ayuda, y si nos dan un corazoncito, prometemos subir memes robados de gatos ajenos.






No hay comentarios:

Publicar un comentario