Conversaciones Imposibles
Promesas Incumplidas
por Rodriac Copen
El quincho de Bermejo tenía todo lo necesario para el autoengaño colectivo: pileta reluciente, mesas largas, parrilla humeando y un calor que ya te hacía transpirar culpa. Y toda la banda junta... no faltaba ni uno.
El año se terminaba y ese domingo nos habíamos juntado en la pre-juntada antes de la cena formal para terminar el año.
Las chicas en malla, los tipos en traje de baño con panza honesta, el vermut y el fernet circulando como lubricante social y una tabla de fiambres que iba bajando misteriosamente sin que nadie la tocara.
Y por supuesto, miradas furtivas para relojearle la cola a las chicas.
Yo estaba cortando salamín cuando largué la frase que abre todas las tragedias modernas:
—"Bueno... este año tenía que arrancar el gimnasio en serio."—
Silencio al principio.
Después carcajada general.
Charlie Tangente se atragantó con una aceituna.
—"Yo arranqué... pero arrancar-arrancar... tipo simbólico. Compré la ropa. Eso cuenta como pretemporada, ¿no?"—
El Loco Pérez, con la panza brillándole al sol, levantó el vaso:
—"Enero es época de adaptación, como en el futbol. Febrero análisis y estrategia. Marzo planificación. Abril crisis existencial. En mayo ya está... dejá de joder... se fue el año."—
Ray Fiamma se miró el abdomen, se lo palmeó con cariño y preguntó:
—"¿Caminar hasta la heladera cuenta como cardio?. Si no, ¿para qué tiene ruedas la vida?"—
Carolina Leiva (la novia) se dobló de risa, apoyándose en Ray: —"¡Dejate de joder! Si vos caminás hasta la heladera... ¡pero volvés trotando con el flan!"—
Carmen Moura, tirada en una reposera, lentes negros, malla impecable, intervino: —"Igual, chicas, yo el gimnasio no lo hago porque no pienso mostrar el culo gratis. El cuerpo hay que negociarlo con el verano, no entregarlo a los mirones indiscretos."—
Pepa Lentejuela la miró de arriba abajo: —"Dale, Carmen, si ese culo tiene más filtros que Instagram."—
Nos reímos mientras le pegábamos una relojeada a la dichosa sentadera.
Bicho Ramírez, cebado por un par de fernets cargados 60-40 con Manaos, agregó en su spanglish típico del inglés inventado: —"Body positive, girls. Además, la celulitis es como el código fuente: todos dicen que molesta, pero a ningún tipo le importa."—
Juana Kafka, sentada a mi lado, me pellizcó el brazo y sonrió: —"Igual vos no empezaste el gimnasio porque preferís acompañarme a la pileta. Eso sí que te gusta."—
Yo asentí con dignidad derrotada: —"La mejor forma de verte la cola sin que sospeches..."—
Lucy Moonwick, con una rodaja de salame en la mano, dijo muy seria: —"En mi país, caminar pensando fuerte ya es ejercicio mental. Y Mercurio estaba retrógrado... así no se puede empezar nada."—
Marcia del Futuro levantó el vaso de cinzano: —"Yo vengo del futuro y en el 2109 nadie va al gimnasio. Te ponen un chip y listo. Pero igual prometen ir... y tampoco van. Los humanos humanos somos..."—
Ray intervino, mirando a Carolina con devoción: —"A mí los rollitos de ella me importan cero."—
Carolina como salvavida de plomo, dijo sin piedad: —"Y a mí tu panza me parece adorable... como un almohadón que habla."—
Charlie se miró la suya y suspiró: —"Yo tuve que comprarme una malla dos talles más grande. El vendedor me dijo queda holgada y me miró con lástima."—
La charla derivó sola, como siempre.
—"Yo este año quería irme a Europa."—dijo el Loco Pérez—"Pero no me dieron los billetes... ni el sueldo... ni la fe."—
Lo dijo tan triste que nos reímos todos.
Carmen suspiró dramática: —"Yo tengo los quince de mi hija."— se sintió un UYYY que bajón generalizado —"Estoy ahorrando tanto que ya no distingo si soy la madre o el cajero automático."—
Ray tomó aire porque se sentía acomplejado: —"Yo le prometí casamiento a Carolina... pero no sé si casarme o hipotecar la parrilla."—
Carolina le mordió la oreja: —"Tranquilo, amor. Fiesta chica... cincuenta personas... dos bandas... fuegos artificiales... nada caro."—
Un montón de carcajadas, pero en realidad todos opinamos que era mejor pagar la tarjeta cada uno, para que pudieran casarse sin hipotecar el futuro.
Bicho, entusiasmado compartió su sueño: —"Yo iba a cambiar el auto. Pero primero tengo que cambiar el trabajo, la suerte y el país. Estoy en eso."—
Pepa levantó una empanada filosóficamente: —"Yo prometí comer menos azúcar... pero el azúcar me prometió felicidad y cumplió."— dijo mientras se agarraba un rollito de la zapán.
El humo del asado ya anunciaba el final de la reflexión profunda que habíamos iniciado. Los choris empezaban a chisporrotear como fuegos artificiales de carne.
Yo miré al grupo, a los cuerpos imperfectos, las promesas rotas, las risas fáciles, y dije:
—"Al final, la única promesa que deberíamos hacer..."—
—"¡Es que no hay promesas!"— gritaron varios a la vez.
Ray sacó los choris de la parrilla.
El vermut se recargó.
Y nadie, absolutamente nadie, habló nunca más del gimnasio.
FIN
Tags:
#HumorCotidiano
#FinDeAño
#PromesasIncumplidas
#Amigos
#AsadoArgentino
#ConversacionesDeBar
#Autoironía
#CuerposReales
#VidaAdulta
#HumorIrreverente
#CostumbrismoUrbano
#RisasYVermut
#PersonajesCorales
#ComediaObservacional
#NadaDeGimnasio
#RodriacCopen




No hay comentarios:
Publicar un comentario