miércoles, 22 de marzo de 2023

Historia: "El Umbral de las Realidades"

 

 

El Umbral de las Realidades

 

La tenue luz azul de la consola iluminaba la sala de observación en penumbras, proyectando sombras alargadas sobre las paredes cargadas de pantallas y mapas estelares. Jonas Wilder, de rostro concentrado y con la mirada fija en el punto más oscuro de la habitación, mantenía las manos cruzadas a la altura del pecho. Samantha, su ayudante, lo observaba desde el otro lado de la mesa, con el ceño fruncido y una mezcla de escepticismo y curiosidad en sus ojos.

—"Entonces, ¿de verdad crees que existe algo más allá de las dimensiones que conocemos?" —preguntó Samantha, tratando de captar la complejidad de lo que Jonas intentaba explicarle.

—"No es que lo crea, Sam" — Respondió él, pausado, con la misma intensidad de siempre —“Es que lo vamos a tratar de probar. La Supraconciencia… imagínala como un espacio fuera del tiempo, un lugar donde todas las realidades posibles existen simultáneamente, entrelazadas, aguardando ser exploradas. Cada decisión que tomamos, cada camino que dejamos de lado… todos siguen vivos, pero en una dimensión distinta. Tiene que ver con la teoría de cuerdas y el multiverso. La Supraconciencia es el punto común donde todas las realidades se entrecruzan. Algo así como los 'registros akáshicos'… ¿entiendes?"-

Samantha torció los labios, pensativa, y tamborileó sus dedos en el borde de la mesa.

—"¿Y cómo sabes que no es solo una teoría más, Jonas? Algo que tal vez nunca podamos verificar, un espejismo que nos hemos creado para darle sentido a nuestras decisiones y errores. Como creer en el paraíso... o en algún dios."

Jonas soltó una leve risa, breve pero cálida, y la miró de reojo.

—"A veces, Samantha, las teorías más radicales solo necesitan una chispa. Un pequeño paso hacia lo desconocido que transforme una posibilidad en realidad."-

—"¿Y cuál sería esa chispa?"— Preguntó ella, entre incrédula y cautivada.

Jonas bajó la mirada hacia un aparato en la mesa de observación, un dispositivo compacto y lleno de pantallas holográficas, con circuitos complejos. Era el resultado de años de trabajo y tecnología avanzada, una combinación de resonancia cuántica, estimulación cerebral y electroencefalograma que él mismo había perfeccionado.

—"Este equipo es capaz de expandir la conciencia más allá del umbral convencional de percepción. Existen ciertas frecuencias sonoras que estimulan la desincronización de los hemisferios cerebrales. La consecuencia es que eso provoca la transferencia masiva de información entre los hemisferios y lleva la conciencia del individuo a un nivel de estimulación profunda. Permite que la mente trascienda la noción de tiempo lineal y entre en lo que llamo un 'viaje astral cuántico'. Si funciona, estaremos un paso más cerca de la Supraconciencia."-

Samantha se inclinó hacia adelante, observando el aparato con cautela.

—"Entonces… ¿te adentrarías en esta… Supraconciencia? ¿Como una especie de turista de realidades?"-

Jonas sonrió, pero su mirada no mostraba rastro de duda.

—"No como un turista. Iré como un explorador de mi propia existencia. Desde los años ochenta, muchos investigadores como yo hemos dedicado nuestras vidas a entender cómo las decisiones que tomamos moldean nuestra realidad. Ahora, los charlatanes lo llaman 'manifestar', como si bastara con desear que las cosas se concretaran. Estamos listos para descubrir cómo las decisiones que no se toman también influyen en las personas. Con este experimento, podremos ver cómo habría sido cada versión de Jonas Wilder en cada rincón de este universo múltiple."-

Samantha suspiró y lo miró fijamente, con una mezcla de admiración y duda.

—"¿Y si algo sale mal…?" — Empezó a decir, pero Jonas la interrumpió suavemente.

—"Si algo sale mal, estaré en un lugar donde el tiempo no existe. Cada instante y cada versión de mí estará allí. Samantha, he hecho todo lo que podía hacer en este mundo. Ahora me toca explorar esas realidades alternativas"— Trató de sonar seguro para eludir las objeciones de su ayudante —"Esto será algo así como la hipnosis. Si algo sale mal, solo déjame dormir... y al despertar... todo habrá vuelto a la normalidad. No deberían haber peligros evidentes en la meditación..."-

Un silencio profundo se instaló entre ambos mientras ajustaban los equipos. Las luces brillaban suavemente, como esperando el inicio del experimento.

Jonas se acomodó en un sillón especial, ajustándose los sensores y los actuadores alrededor de su cabeza, cada uno calibrado para sincronizar sus ondas cerebrales con el sistema de resonancia cuántica. Con un último suspiro, le guiñó un ojo a Samantha, que respondió a su pulgar arriba con un movimiento de cabeza afirmativo. Sam activó una serie de palancas en el sistema y Jonas cerró los ojos. Comenzó a recitar en su mente la secuencia de mantras que había practicado durante meses, entrenando su conciencia para ir más allá de los límites convencionales de un viaje astral. Su idea no era revolotear mirando por el techo; Jonas Wilder iría mucho más allá.

A medida que profundizaba en su meditación, sintió cómo la realidad se iba disolviendo. Primero, un zumbido leve inundó sus oídos, como si cada molécula de su ser estuviera afinándose a una nueva frecuencia. Después, todo se volvió oscuro y silencioso. Tuvo la impresión de sumergirse en las aguas de un lago profundo y tranquilizador, pero sin la sensación de ahogarse ni la falta de oxígeno. Jonas sabía que el equipo estaba funcionando. Podía sentir la vibración lejana de los circuitos electrónicos. Después de algunos minutos, su mente empezó a expandirse, liberada de la prisión del tiempo y el espacio.

La primera impresión de Jonas fue que estaba en una habitación. No podía ver absolutamente nada porque la negrura era total. Poco a poco, pudo sentir una presencia que se hizo evidente en esa vasta oscuridad. Desde lejos, una figura luminosa emergió frente a él, etérea y cálida, irradiando una serenidad que le resultaba extrañamente familiar. De alguna manera, supo que su nombre era Sophia. Y por algún motivo, pudo percibir que le daba la bienvenida como su guía espiritual. Un pensamiento tranquilizador surgió de su mente: Sophia era tal como él la había imaginado. Su aspecto cambiaba levemente cada vez que parpadeaba; era como si estuviera en constante transformación, tomando una forma acorde a cada una de las realidades alternativas.

—"Jonas" — Dijo Sophia con una voz que resonó suavemente en su conciencia —"Finalmente, has llegado al umbral."-

—"Sophia…" —Respondió él, sorprendido por lo fácil que le resultaba enviar sus pensamientos en aquel espacio inmaterial —"¿Esto es real? ¿He cruzado?"-

La mujer sonrió con un gesto imperceptible, pero le transmitió calidez.

—"Tan real como cualquier cosa que hayas experimentado. Estás en las fronteras de las realidades que nunca viviste, de los caminos que nunca tomaste. Cada decisión que omitiste o cada oportunidad que dejaste atrás existen aquí. Ven, te mostraré lo que pudo haber sido."-

Sophia extendió su mano, y Jonas, sintiendo una mezcla de ansiedad y curiosidad, la tomó. El espacio a su alrededor se llenó de destellos de luz, como si estuvieran rodeados de estrellas fugaces. Cada una de esas luces era un destello de una vida diferente, una versión alternativa de su existencia, un universo diferente al que había experimentado.

Sumergirse en el primer destello los llevó a una escena familiar pero extraña: Jonas se vio a sí mismo, más joven, sonriente y con una expresión de tranquilidad que apenas reconocía. Frente a él estaba Celina, el gran amor de su vida, a quien había dejado marchar por una confusa mezcla de orgullo y circunstancias. Ahora los motivos parecían mezquinos y menores, como si nunca hubieran importado demasiado. En esa existencia alternativa, él había tomado una decisión distinta y estaba casado con ella. Ambos reían mientras compartían una noche tranquila en su hogar.

—"Esta fue la vida en la que elegiste quedarte"— Explicó Sophia mientras observaba a Jonas —"Decidiste luchar por tu amor, construiste una familia y vivieron una vida plena juntos."-

Jonas sintió un nudo en el pecho mientras observaba la escena íntima y familiar; su corazón se llenó de calidez y amor. Una existencia que pudo haber sido suya. Sin poder evitarlo, quiso acercarse y tocar el hombro de su 'otro yo', susurrarle algo, como si pudiera transmitirle todo el peso de su arrepentimiento.

—"Puedes comunicarte con ellos"— Murmuró Sophia, percibiendo su deseo —"Aquí, las distancias son diferentes. Piensa en lo que quieres transmitir. Basta con que desees hacérselo llegar."-

Jonas cerró los ojos y concentró sus pensamientos en su 'yo' alternativo. En un instante, el mensaje fluyó en una proyección, una simple frase que abarcaba una vida de anhelos y nostalgias "No tengas miedo de amar; cada elección vale la pena."

Sin embargo, en medio de esa conexión, un temor creció en su interior. "¿Qué pasaría si esa decisión lo condenaba a una vida de infelicidad en otra realidad?"

El espacio se volvió brumoso de repente, como si algo estuviera alterando la vibración del entorno. Sophia miró con preocupación.

—"No te sientas culpable. Cada elección tiene su peso, pero aquí no hay juicios, solo posibilidades. Recuerda, también hay universos donde las elecciones son más trágicas. Ven, veamos otro."-

La oscuridad de nuevo lo abrazó, y en un instante, una nueva visión se dibujó ante ellos. Esta vez, Jonas estaba en un oscuro callejón, con un aire de desesperación y derrota. La figura de su 'yo' alternativo yacía en el suelo, rodeado de sombras, mientras lo observaban hombres armados. Un susurro helado recorrió su columna.

—"Aquí es donde te sumergiste en el mundo del crimen, traicionado por personas en quienes confiaste. La avaricia y el deseo de poder te llevaron por un camino oscuro. Esa decisión de descuidar tus ideales y rodearte de personas equivocadas resultó fatal. Es solo una versión posible, pero tu miedo por el fracaso te llevó a esta realidad."-

Jonas sintió cómo la desolación lo invadía, el dolor de perderse a sí mismo lo atravesó, y comprendió que había realidades en las que había caído en la trampa de su propia ambición.

—"No quiero ver más…" — Susurró, sintiéndose impotente ante el sufrimiento que pudo haber experimentado.

Sophia extendió su mano.

—"No todo es tan sombrío. Lo que experimentas aquí puede liberarte de esos miedos. Lo importante es comprender que cada decisión es un paso hacia adelante; cada elección crea un nuevo camino a tu evolución. Esa es la esencia de la vida y de la Supraconciencia."-

Jonas sintió cómo su corazón se apretaba y, por un instante, se sintió perdido. Sin embargo, un nuevo destello de luz apareció, y una sensación de calma lo envolvió.

—"Vamos a ver qué hay en esa luz. Este es el último paso en tu viaje, Jonas. Míralo y tal vez entiendas la esencia de tus decisiones."-

La luz creció, y él, impulsado por la curiosidad, avanzó hacia la última proyección. En esta realidad, se vio a sí mismo en un entorno familiar: un espacio acogedor, lleno de risas, amor y momentos compartidos. Se dio cuenta que era el día de su cumpleaños, rodeado de amigos y familiares, todos sonriendo, felices de estar juntos. Allí estaban sus padres, Celina y con ellos, amigos que había perdido en la vida real. Había una calidez palpable, como si todos se unieran para celebrarlo.

—"Esta es la vida que pudiste tener si hubieras valorado la conexión emocional por encima de los logros materiales"— Dijo Sophia, suavemente —"Una vida llena de significado, amor y autenticidad."-

Jonas sintió cómo la felicidad lo envolvía y cómo el peso de los arrepentimientos se desvanecía. Se dio cuenta que podía elegir vivir así, en cualquier realidad que decidiera, solo si tomaba las decisiones correctas. Sin embargo, las sombras del pasado acechaban, a la espera de cada elección.

Sophia habló mientras la luz empezaba a desvanecerse —"Recuerda que el viaje hacia la Supraconciencia no acaba aquí. Te acompañará en cada paso que des hacia una decisión. La vida y la realidad siempre se entrelazarán con tus decisiones. El futuro puede ser brillante, pero dependerá de lo que elijas hacer con lo que has aprendido."-

Las palabras de Sophia reverberaron en su mente mientras el espacio se desvanecía, y la oscuridad se convertía en una suave luz blanca. En medio de esa transición, la figura de su guía espiritual, comenzó a desvanecerse, como un rastro de humo  en el viento. Su voz, que antes era clara y segura, se fue apagando hasta quedar en silencio. Jonas intentó aferrarse a su presencia, pero fue inútil. La voz de Samantha empezó a hacerse audible desde alguna parte distante, llamándolo con creciente insistencia. Sintió un movimiento. Su cuerpo volvió a estar presente en la habitación. Abrió los ojos lentamente y la luz azul de la consola lo saludó. Allí estaba Samantha, su mirada llena de alivio y curiosidad.

—"Jonas, ¿estás bien? Te veías... confundido, como si no pudieras regresar"— Dijo ella, intentando captar su atención.

Jonas se quedó en silencio, tratando de asimilar lo que acaba de experimentar. Finalmente, sus palabras brotaron en un susurro, impregnadas de una sensación de lejanía.

—"Vi… vi las muchas vidas que pude haber tenido"- Sacudió su cabeza, confundido —"Vi a mis padres, Samantha, y a Celina, como si aún estuviéramos juntos. No eran visiones o recuerdos... parecían tan reales como tú ahora mismo. Era como si mis pensamientos, mis emociones, pudieran tocar otras realidades, otras vidas."-

Samantha asintió, buscando comprender. Jonas terminó de relatar su experiencia y quedó en silencio, como si una parte de él aún estuviera vagando en esa vasta red de realidades.

Se dirigió al espejo del laboratorio y observó su reflejo con detenimiento. Al mirarse, vislumbró algunos fragmentos de recuerdos que se entrelazaban y desvanecían. Los rostros de sus padres, de Celina, y de otras personas cuya importancia apenas pudo captar, pasaron fugazmente por su mente.

Las emociones aún vibraban en algún rincón de su conciencia, como ecos de las otras versiones de sí mismo que existían en esas realidades. En algún nivel profundo e indescriptible, Jonas se dio cuenta que su verdadera esencia había quedado dispersa entre infinitas realidades. Había dejado fragmentos de su ser en cada una de ellas, y aunque había vuelto físicamente, una parte de él seguía conectada a todos esos destinos.

FIN 





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