Huellas del Pasado
Mini-Relato Género: Romántico
Tags: #AmorPerdido, #Despedida, #Nostalgia, #CicatricesEmocionales, #AmorPropio, #CorazónRoto
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Amelia se detuvo frente a la vieja puerta de madera. La casa estaba tal y como la recordaba, un refugio de luz y risas que ahora sólo traía ecos de tiempos pasados. Los muros, antes llenos de promesas y planes compartidos, ahora parecían cargados de reproches silenciosos.
Habían pasado años desde que decidió alejarse de Leo. Lo había amado con intensidad, de esa forma que consume el alma y que hace que el mundo parezca más brillante. Pero Leo, aunque también la amaba, tenía una forma de amar tan impulsiva que dejaba cicatrices. Era un espíritu libre, que no sabía cómo amar sin dejar heridas en el corazón de quien estaba a su lado.
-“¿Por qué volviste?”- le preguntó Amelia con la voz quebrada cuando Leo la encontró de nuevo, de pie frente a aquella puerta. Sabía que él estaba en la ciudad, preguntando por ella, insistiendo en saber dónde vivía ahora. Leo buscaba atajos a su pasado, intentando que, con sólo mirarlo, ella se olvidara de las heridas que había dejado en su vida.
-“Porque me equivoqué, Amelia. Nunca debí dejarte ir,”- Respondió él, sin poder ocultar la desesperación de sus ojos. -“Todo este tiempo, sin ti… me he dado cuenta de cuánto significabas para mí.”-
Amelia sintió cómo algo en su pecho se encogía al escuchar esas palabras. Años atrás habría dado todo por oírle decir algo así, pero no ahora. Había reconstruido su vida, con paciencia y esfuerzo, y había aprendido a vivir sin él. Aprendió a llenar sus días de paz, a encontrar la belleza en los momentos solitarios, y a amar su propia compañía. Lo que más le dolía no era el tiempo perdido, sino la certeza que, si volvía con él, la herida que había sanado volvería a abrirse.
-“Leo… no puedes llegar así y esperar que todo sea como antes,”- le dijo, sintiendo la tristeza de lo que pudieron haber sido juntos. Él la miró en silencio, y en sus ojos vio una súplica, como si no pudiera entender cómo el hielo de su alma le había hecho perder el amor de su vida.
-“Amelia, sé que cometí errores. Pero he cambiado. Esta vez será diferente, te lo prometo.”-
Ella sonrió con tristeza. -“Prometiste muchas cosas, Leo. Y rompiste cada una de ellas. Me tomó tanto tiempo volver a ser quien soy, a volver a confiar en mí misma. Recobrar la luz en mis ojos… no fue fácil. Fuiste tú quien me enseñó a vivir en soledad. Pero tienes razón... esta vez será diferente”-
Él dio un paso hacia ella, pero Amelia levantó una mano, deteniéndolo. No podía permitir que se acercara, no podía darle la oportunidad de atravesar las barreras que había levantado para proteger su corazón.
-“¿Quién crees que eres, Leo? ¿Por qué insistes en regresar y recoger los pedazos de lo que fue nuestro amor, cuando tú mismo lo destruiste?”-
Leo bajó la mirada, tal vez porque, en el fondo, sabía que Amelia tenía razón. Que, por más que quisiera recomponer lo que habían tenido, algunas heridas nunca sanan por completo.
Ella suspiró, sintiendo el peso de todo lo que dejaron atrás. A pesar de todo, no guardaba rencor. Había algo trágico en ver que un amor tan grande se rompiera por el propio impulso de Leo de alejar todo lo que intentaba amar.
-“Te deseo lo mejor, Leo,”- le dijo en un susurro. -“Pero no vuelvas por mí. No soy la misma persona a la que dejaste atrás. Ya no soy tu fantasma.”-
Amelia dio la vuelta, sintiendo cómo, con cada paso que daba, el peso del pasado se volvía más ligero.
Sabía que Leo intentaría recomponer su vida, buscaría a alguien más que le ofreciera lo que él no supo valorar en su momento. Pero también sabía que, aunque él continuara dejando cicatrices por el camino, ella era libre. Libre para amar de nuevo, libre de un amor que sólo dejó huellas en su corazón, pero que jamás la volvería a atrapar.
Amelia siguió adelante, mientras Leo se quedaba en el umbral de una vida que nunca volvería a ser suya.
FIN
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