Curiosidades Históricas
Excentricidades de los Genios
por Rodriac Copen
Comenzar la semana con una sonrisa siempre es un buen plan. Y nada mejor que hacerlo recordando que, detrás de las grandes obras, inventos, descubrimientos y hechos históricos que admiramos, hubo escritores y personalidades geniales... pero también un tanto excéntricos, irónicos y, a veces, muy divertidos seres humanos.
📖 Victor Hugo y la carta más corta de la historia
Ansioso por saber cómo iban las ventas de Los Miserables, Victor Hugo envió a su editor una carta con un simple “?”. La respuesta fue contundente: “!”. Más corto imposible, y más exitoso tampoco.
📖 Julio Verne y su odio al teléfono
El gran visionario que soñó con viajes a la Luna y submarinos fantásticos, detestaba el teléfono. Decía que era un aparato inútil, incómodo y sin futuro. En su época, a finales del siglo XIX, el teléfono era todavía una novedad. Ten en cuenta que el invento de Graham Bell fue de 1876.
A Verne le parecía un artefacto inútil y ruidoso. Decía que nadie en su sano juicio podía querer que lo interrumpieran en casa con una llamada inesperada. En varias cartas se quejaba de que era “un estorbo de la vida moderna” y aseguraba que jamás lo usaría.
Verne prefería los métodos clásicos de comunicaciòn: cartas escritas, telegramas y, sobre todo, encuentros en persona. Pasaba buena parte de su vida en Amiens (al norte de Francia), donde tenía una rutina muy marcada. Si necesitaba tratar con editores o colegas en París, se desplazaba en tren.
La correspondencia fue fundamental en su vida: con su editor Hetzel intercambió cientos de cartas, algunas bastante tensas porque Verne solía entregar tarde sus manuscritos. La negativa a usar teléfono le hacía más lento para responder a cuestiones editoriales o de negocios. Mientras otros empezaban a agilizar sus comunicaciones, él seguía a la vieja usanza.
Algunos biógrafos ven en esto un rasgo de su carácter: ordenado, rutinario y algo testarudo. Julio Verne rechazaba el teléfono no por falta de imaginación, sino porque lo consideraba un estorbo a la tranquilidad doméstica. Prefería la lentitud de las cartas y la formalidad de los telegramas antes que la inmediatez.
📖 Mark Twain y los calcetines
Twain tenía un ingenio agudo para todo. Le preguntaron por qué no usaba calcetines, y respondió:
—“Porque los calcetines son una conspiración de las lavanderas. Si no existieran, tendrían la mitad del trabajo.”
📖 Albert Einstein (1879–1955)
Compartía las opiniones de Twain. Decía que los calcetines eran inútiles porque siempre se le rompía el dedo gordo, así que prefería andar sin ellos, incluso en recepciones formales. con respecto a su cabello, nunca se preocupó por peinarse. Su excusa era que la energía debía usarse en cosas más importantes que en domar su melena.
Era inseparable de su violín. Adoraba tocarlo y lo llamaba cariñosamente Lina. Decía que cuando estaba estancado en un problema matemático, lo mejor era tocar un poco de música.
Era capaz de salir de casa en pantuflas o perderse de camino a conferencias. Su mujer contaba que una vez olvidó dónde había dejado la maleta ¡y estaba en sus propias manos!
📖 Nikola Tesla (1856–1943)
Estaba obsesionado con los números: todo debía ser divisible por 3. Daba tres vueltas alrededor de un edificio antes de entrar.
Tenía una fuerte aversión a las perlas. No soportaba que alguien llevara pendientes de perlas, al punto de rechazar reuniones si alguien las usaba.
En sus últimos años, Tesla aseguraba que amaba a una paloma blanca que lo visitaba a diario, y que ella lo amaba también.
📖 Catalina la Grande de Rusia (1729–1796)
Era un bibliotecaria compulsiva. No solo gobernaba, también corregía libros. Ponía notas al margen de las obras que leía, como si discutiera con los autores muertos.
Tenía gabinetes secretos con compartimentos para esconder cartas y objetos personales, casi como una niña jugando a los tesoros.
📖 Ludwig van Beethoven (1770–1827)
Creía que el agua fría despejaba su mente, así que se vaciaba cubos de agua sobre la cabeza cada mañana. Vivía entre montañas de partituras desordenadas; sus amigos decían que entrar en su casa era como entrar en un “huracán musical”. Podía ser gruñón al extremo, pero los niños del barrio lo adoraban porque siempre les regalaba dulces.
📖 Winston Churchill (1874–1965)
Trabajaba muchas veces desde la bañera, dictando discursos y cartas a sus secretarios. Dormía dos siestas al día, convencido de que así podía alargar su vida laboral y derrotar a Hitler con más energía. Solía desayunar con un vaso de champán y terminaba el día con un puro en la boca.
🎩 Estas excentricidades los hace humanos
Estas anécdotas muestran que los genios y líderes no eran “perfectos”, sino profundamente humanos, con manías que a veces rozaban lo cómico. Si estos gigantes de la historia podían reírse de sí mismos, ser irónicos o vivir con pequeñas rarezas, nosotros también podemos empezar la semana con ánimo ligero, buen humor y algo de chispa.
✨ Que estos guiños literarios te acompañen hoy, recordando que la genialidad nunca está reñida con la risa. Cuéntame ¿cuáles son tus manías más profundas? ¿Esas que te hacen un ser único y especial?
Si te interesan estas pequeñas y divertidas anécdotas, aquí tienes algunas recomendaciones:
- Anécdotas históricas españolas. Las más curiosas y picantes. Alejandro Peris Barrio. Se centra en España, con muchas historias breves y curiosas de personajes históricos, con humor. Si bien no todos son “genios” en sentido científico, tiene ese componente de “lado humano” que interesa.
- A Man of Misconceptions: The Life of an Eccentric in an Age of Change. John Glassie. Biografía de Athanasius Kircher, un personaje del siglo XVII sumamente excéntrico, prolífico en inventos, ideas extravagantes, coleccionismo de curiosidades... da mucho material para inspirar.
- Edison’s Ghosts: The Untold Weirdness of History’s Greatest Geniuses. Katie Spalding. Reúne historias curiosas sobre personajes históricos, sus fallos, sus absurdos, lo humano detrás del pedestal. Muy ameno, se lee fácil y tiene muchas anécdotas para compartir.
- Genios. María Jesús Lorente & Antonio Lorente. Retratos de 20 genios del siglo XX, con énfasis en lo emocional, artístico, las formas de creador. Puede tener algunas anécdotas poco conocidas.
- Genios y creativos. Francisco Alonso-Fernández. Habla sobre el talento creativo, las personalidades de varios personajes históricos, cómo piensan, qué circunstancias los moldearon.
- La geografía de los genios. Eric Weiner. Explora cómo el ambiente, la cultura, la ciudad influyen en la creatividad de los genios. Tiene un tono que mezcla historia, curiosidad, y reflexión.
- Strange Brains and Genius: The Secret Lives of Eccentric Scientists and Madmen. Clifford A. Pickover. Una colección de vidas inusuales de científicos y pensadores: manías, fobias, obsessividades. Ideal si te gustan esas rarezas que rozan lo dramático o lo cómico.
- The Book of Wonderful Characters: Memoirs and Anecdotes of Remarkable and Eccentric Persons in All Ages and Countries. Henry Wilson & James Caulfield. Reúne memorias y anécdotas de personas excepcionales, no solo genios famosos. Es ideal si querés historias menos conocidas también.
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