Comedia de Situación
Papá Noel en Apuros
por Rodriac Copen
El trono de Papá Noel estaba un poco torcido. Las guirnaldas colgaban como si hubieran sobrevivido a un terremoto en el tercer grado de la escuela primaria cercana. Y allí estaba él: Berto, flamante Papá Noel del Shopping Los Patos, ex repartidor de pizza, ex animador infantil despedido, ex casi todo.
Su traje le quedaba grande en el torso y chico en los brazos, lo que le daba la apariencia de un Papá Noel recién salido de un centrifugado violento.
Una larga fila de niños esperaba impaciente y alborotada. Berto respiraba hondo, preparándose mentalmente para su siguiente prueba. Sabía lo que le esperaba.
Apareció el primer niño: ocho años, mirada perdida, aspecto generalizado de alcornoque. Entró tropezando con la alfombra roja y casi derribó al duende decorativo de cartón. Lo siguió su madre, Clara, de treinta y pico, agotada, linda sin querer serlo, y cara de “lo intenté, de verdad que lo hice”.
Berto mostró su sonrisa más profesional. Dijo, con la mandíbula temblando ligeramente:
—"¡Ho, ho, ho! ¿Y cómo te llamás, campeón?"—
El niño respondió —"Tito. Pero mi mamá me dice '¡Ay, por Dios, Tito!'. No sé por qué."—
Clara se tapó media cara.
Berto siguió mientras disimulaba —"Bueno, Tito, ¿qué querés para esta Navidad?"—
—"Un novio nuevo para mi mamá. Porque el que tiene ahora es medio lento. Como vos."—
Clara abrió los ojos como si la hubieran arrojado al escenario sin libreto. Susurró entre dientes:
—"Tito, por favor... comportáte"—
Berto tosió incómodo mientras decía: —"Ajá... bueno... Papá Noel no suele... eh... hacer casting de novios."—
El niño preguntó: —"¿Y por qué no? Si mi abuela dice que con ese tío está zafando nomás."— siguió imitando a una voz que pretendía ser adulta —"Zafando, Tito, Clara está zafando… porque ser madre soltera es agotador."— Sonrió orgulloso de su imitación.
Clara, su madre, quería evaporarse: —"La abu no dije eso así... lo dijo... diferente..."—
Berto no pudo evitar reír por lo bajo. Conciliador, respondió: —"Tranquila, señora, todos los adultos decimos zonceras. Lo importante es que Tito quiere... eh... buenas cosas para usted."—
Tito afirmó entusiasmado: —"Sí. Y también quiero un dron. Pero mi mamá dice que primero tiene que zafar de la tarjeta porque está hasta las manos."—
Clara intentó detenerlo tapándole la boca, pero Tito la esquivó con torpeza acostumbrada y accidentalmente le pegó un codazo al trono de Papá Noel. Uno de los renos del decorado se desplomó como si fuera de papel mojado.
Berto se levantó un poco del asiento, intentando sostener el reno:
—"¡Ho, ho, ho! ¡Los renos están... alborotados este año!"—
Clara intervino ruborizada mientras suspiraba: —"Le pido perdón... Tito no conoce los filtros. Como el padre. Bueno... no, peor. Su padre por lo menos hablaba poco."—
Tito preguntó sin anestesia: —"Papá Noel, ¿vos estás casado? Porque mi mamá está buscando marido. Ella dice que si no se casa antes de marzo, me manda a un internado de monjes."—
Clara intervino rápido: —"¡Tito!"—
Berto respondió con una risa genuina: —"Bueno... llevo una vida bastante... flexible. Pero no estoy casado... jaja"—
Tito giró hacia su madre con los ojos iluminados: —"¿Viste, má? ¡No está casado! Y tiene trabajo fijo. Más o menos."—
Clara no pudo evitar reírse de la ocurrencia: —"No vinimos a reclutar esposos al shopping, Tito."—
Berto intervino: —"Igual agradezco la recomendación. No todos los días un niño te ofrece matrimonio indirecto."—
Tito dijo: —"¿Entonces le puedo decir al tío lento que ya fue?"—
Clara dijo casi gritando: —"¡NO..!"— hizo una pausa —"O por lo menos... esperá a que pasen las fiestas."—
Berto observó a Clara. Ella, pese al caos, sonrió con una mezcla de vergüenza y ternura. Él acomodó su barba falsa, tratando de recuperar la dignidad navideña.
Después de pensar unos segundos, Berto dijo: —"Tito, ¿sabés qué? Esta Navidad te voy a dar un consejo."— se inclinó un poco para continuar: —"Dejá que los adultos arreglen sus cosas. Y vos... portate un poquito mejor."—
Tito se inclinó un poco de hombros —"No puedo. No me sale."—
Berto soltó una carcajada que contagió a Clara. Contestó: —"Bueno, entonces... ¡que te salga mal, pero con estilo! Ho, ho, ho."—
Clara tomó a Tito de la mano. Mirando a Berto, le dijo: —"Gracias... de verdad."— sonrió más suave —"No sé cómo seguís con ese humor después de escuchar estas cosas."—
Berto respondió: —"Emmm... años de entrenamiento. Y un contrato temporal sin vacaciones."— hizo una pausa para mirarla —"Pero si querés charlar... digo... fuera del horario de renos... suelo estar por acá."—
Clara sonrió con una mezcla imprevisible de timidez y oportunidad. Dijo: —"Tal vez pase de nuevo... pero sin Tito."— suspiró resignada —"O con él... total, ya está... ya te vendió toda mi vida."—
Se despidieron. Tito se tropezó nuevamente con el reno caído y cayó de rodillas, pero se levantó como si nada.
Fué hacia Clara diciendo: —"¡Má! ¡Papá Noel no está casado! ¡Zafamos!"—
Y se fueron caminando.
Berto los miró irse, sonriendo, mientras se acomodaba su gorro, y pensando que quizás esa Navidad no sería tan terrible.
El reno del decorado se volvió a caer, casi como un remate final.
FIN
Tags:
#ComediaDeSituación
#Sitcom
#HumorNavideño
#PapáNoel
#CentroComercial
#MadreSoltera
#NiñoTravieso
#HumorFamiliar
#ComediaRomántica
#CostumbrismoUrbano
#RelatoCorto
#HumorArgentino
#PersonajesTorpes
#Enredos
#Navidad
#Ternura
#ComediaContemporánea
#RodriacCopen




No hay comentarios:
Publicar un comentario