Conversaciones Imposibles
Los Ancianitos Son Desechables
El mozo nos mira como si fuésemos parte del decorado. Un sábado a la tarde, dos sexagenarios merendando en un café, hablando sin mirar los celulares. Sospechoso.
—"¿Te fijaste que ahora todo el mundo se llena la boca con “el adulto mayor”?"— me lanza Juana sin anestesia —"Como si poniéndole una etiqueta elegante a la decrepitud, la disimularan."—
—"Es un eufemismo higiénico... o eugenésico"— le digo irónico mientras revuelvo mi café —"Como decir 'retiro' en vez de 'abandonar al viejo en un geriátrico con olor a colonia barata”—
—"Simone de Beauvoir se volvería a morir"— dice Juana, y saca el libro de su bolso como si estuviera en misa —"Escuchá esto: 'La vejez es algo que le pasa siempre a los otros... hasta que nos ocurre a nosotros'. ¿Y sabés qué? Tiene razón. Hasta que te empiezan a decir '¡qué bien te conservás!' con esa mezcla de sorpresa y lástima."—
—"El viejo halago con olor a formol"— le digo riéndome —"Y ni hablar si encima sos pobre. Ahí ni 'conservación' ni 'adultez mayor': sos viejo, carga y además un gasto estatal."—
Juana sonríe. Siempre le gusta cuando me pongo un poco ácido.
—"¿Vos leíste lo que dice Graeber en su libro póstumo?"— me pregunta, mordiendo una medialuna como si fuera una idea —"'Esta no es manera de vivir', decía. Y hablaba de cómo la vejez, tal como está organizada, no es sólo abandono. Es una traición estructural. Una máquina social que hace que los viejos molesten porque ya no producen ni consumen como se espera."—
—"Y mientras tanto, los hijos publican frases sobre 'honrar a los padres' en Facebook mientras los meten en residencias con nombres de spa y olor a muerte lenta. Hay hijos que ni se comunican con sus padres."—
—"¡Exacto!"— dice ella —"Y eso que muchos se dicen cristianos. ¿Dónde quedó eso de honrarás a tu padre y a tu madre? Ah, claro. Eso es para aparentar. Después te meten en un geriátrico y te mandan un audio por Navidad."—
Me río. Y la beso en la mejilla. Porque sí. Porque puedo. Porque está hermosa, y porque su indignación me enamora.
—"Juan Manuel de Prada lo decía clarito: 'Los viejos se vuelven invisibles porque nos aterra el espejo de lo que vamos a ser'. Y si además de viejo, sabés más que los jóvenes, peor. Sos una amenaza."—
—"Honneth también habla de eso"— agrega ella —"La vejez como etapa donde se te niega el reconocimiento. Donde todo lo que sabés deja de importar. Y ahí, querido, empieza la muerte simbólica."—
—"Y después viene la inevitable soledad, Juana."— digo filosóficamente —"La última etapa de la vida se hace en solitario."—
—"Pero Rodri, soledad no es estar solo, sino sentir que no importás. Y eso les pasa a millones de viejos cada día."—
La miro. Me mira. Pagamos la cuenta y salimos. Caminamos por la ciudad y miramos vidrieras. Llegamos a la plaza como dos personajes de una novela de Benedetti con licencia para criticar.
—"¿Y sabés lo que más me jode?"— dice ella mientras me toma del brazo —"Que los viejos podríamos ser los grandes aliados del presente. Tenemos tiempo, experiencia, ternura. Pero no. Mejor hacer yoga, subir reels de comida y pretender que la muerte no existe."—
—"Marina decía en El ocaso del Homo Sapiens: 'Vivimos una cultura que rinde culto a la juventud porque se niega a pensar en el fin'. El viejo molesta, Juana. Porque te recuerda que no sos eterno."—
—"Y eso no garpa en TikTok, querido"— dice ella, ahora con una sonrisa resignada.
Lentamente se hace de noche. Llegamos a casa. Nos reímos del ascensor que cruje y del espejo que nos devuelve nuestra imagen con arrugas pero con ganas de vivir. Cerramos la puerta de casa y nos vamos sacando la ropa sin prisa. Como quien se desviste de los años vividos. Después de un último café, nos metemos en la cama.
Ella se acurruca en mis brazos y dice:
—"¿Sabés qué pienso a veces?"—
—"¿Qué?"—
—"Que si tuviera que elegir cómo envejecer, elegiría justo esto: con vos, hablando de lo que importa. Y con permiso para seguir calentándonos, aunque el mundo ya no nos vea."—
Siento su cuerpo a mi lado. Y por un momento, el mundo, así como está, todavía tiene sentido.
Los Ancianitos Son Desechables
El mozo nos mira como si fuésemos parte del decorado. Un sábado a la tarde, dos sexagenarios merendando en un café, hablando sin mirar los celulares. Sospechoso.
—"¿Te fijaste que ahora todo el mundo se llena la boca con “el adulto mayor”?"— me lanza Juana sin anestesia —"Como si poniéndole una etiqueta elegante a la decrepitud, la disimularan."—
—"Es un eufemismo higiénico... o eugenésico"— le digo irónico mientras revuelvo mi café —"Como decir 'retiro' en vez de 'abandonar al viejo en un geriátrico con olor a colonia barata”—
—"Simone de Beauvoir se volvería a morir"— dice Juana, y saca el libro de su bolso como si estuviera en misa —"Escuchá esto: 'La vejez es algo que le pasa siempre a los otros... hasta que nos ocurre a nosotros'. ¿Y sabés qué? Tiene razón. Hasta que te empiezan a decir '¡qué bien te conservás!' con esa mezcla de sorpresa y lástima."—
—"El viejo halago con olor a formol"— le digo riéndome —"Y ni hablar si encima sos pobre. Ahí ni 'conservación' ni 'adultez mayor': sos viejo, carga y además un gasto estatal."—
Juana sonríe. Siempre le gusta cuando me pongo un poco ácido.
—"¿Vos leíste lo que dice Graeber en su libro póstumo?"— me pregunta, mordiendo una medialuna como si fuera una idea —"'Esta no es manera de vivir', decía. Y hablaba de cómo la vejez, tal como está organizada, no es sólo abandono. Es una traición estructural. Una máquina social que hace que los viejos molesten porque ya no producen ni consumen como se espera."—
—"Y mientras tanto, los hijos publican frases sobre 'honrar a los padres' en Facebook mientras los meten en residencias con nombres de spa y olor a muerte lenta. Hay hijos que ni se comunican con sus padres."—
—"¡Exacto!"— dice ella —"Y eso que muchos se dicen cristianos. ¿Dónde quedó eso de honrarás a tu padre y a tu madre? Ah, claro. Eso es para aparentar. Después te meten en un geriátrico y te mandan un audio por Navidad."—
Me río. Y la beso en la mejilla. Porque sí. Porque puedo. Porque está hermosa, y porque su indignación me enamora.
—"Juan Manuel de Prada lo decía clarito: 'Los viejos se vuelven invisibles porque nos aterra el espejo de lo que vamos a ser'. Y si además de viejo, sabés más que los jóvenes, peor. Sos una amenaza."—
—"Honneth también habla de eso"— agrega ella —"La vejez como etapa donde se te niega el reconocimiento. Donde todo lo que sabés deja de importar. Y ahí, querido, empieza la muerte simbólica."—
—"Y después viene la inevitable soledad, Juana."— digo filosóficamente —"La última etapa de la vida se hace en solitario."—
—"Pero Rodri, soledad no es estar solo, sino sentir que no importás. Y eso les pasa a millones de viejos cada día."—
La miro. Me mira. Pagamos la cuenta y salimos. Caminamos por la ciudad y miramos vidrieras. Llegamos a la plaza como dos personajes de una novela de Benedetti con licencia para criticar.
—"¿Y sabés lo que más me jode?"— dice ella mientras me toma del brazo —"Que los viejos podríamos ser los grandes aliados del presente. Tenemos tiempo, experiencia, ternura. Pero no. Mejor hacer yoga, subir reels de comida y pretender que la muerte no existe."—
—"Marina decía en El ocaso del Homo Sapiens: 'Vivimos una cultura que rinde culto a la juventud porque se niega a pensar en el fin'. El viejo molesta, Juana. Porque te recuerda que no sos eterno."—
—"Y eso no garpa en TikTok, querido"— dice ella, ahora con una sonrisa resignada.
Lentamente se hace de noche. Llegamos a casa. Nos reímos del ascensor que cruje y del espejo que nos devuelve nuestra imagen con arrugas pero con ganas de vivir. Cerramos la puerta de casa y nos vamos sacando la ropa sin prisa. Como quien se desviste de los años vividos. Después de un último café, nos metemos en la cama.
Ella se acurruca en mis brazos y dice:
—"¿Sabés qué pienso a veces?"—
—"¿Qué?"—
—"Que si tuviera que elegir cómo envejecer, elegiría justo esto: con vos, hablando de lo que importa. Y con permiso para seguir calentándonos, aunque el mundo ya no nos vea."—
Siento su cuerpo a mi lado. Y por un momento, el mundo, así como está, todavía tiene sentido.
FIN
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