miércoles, 22 de marzo de 2023

Historia: "Memorias de un Mundo Muerto" - Capitulo 10: "La Nueva Humanidad"

 


Memorias de Un Mundo Muerto

Capítulo #10 “La Nueva Humanidad”


El hallazgo ocurrió cuando Solomon, Lyara, María Magdalena y Julius decidieron profundizar en los archivos más protegidos del sistema. Los cifrados eran casi imposibles de romper, pero con cada acceso y combinación de claves, descubrían fragmentos que desvelaban verdades inquietantes. Una de las carpetas más inaccesibles era un directorio denominado "Specimens Alpha". Tras días de trabajo, Solomon logró acceder finalmente a su contenido.

En la pantalla apareció un vasto listado de conciencias organizadas por especies. Lyara observaba con una mezcla de asombro y confusión.

Señalando la pantalla,la mujer se preguntó. -"Estos archivos no son solo humanos... ¿Qué significan estos nombres? ¿Y por qué están agrupadas por lo que parecen ser especies?"-

María Magdalena estaba leyendo. -"Aquí dice Xenocanis, Morvat, A-Quon... Creo que son registros de seres no humanos."-

Julius miraba la pantalla de Lyara. Dijo con voz grave. -"Este sistema no solo almacena conciencias humanas. Parece que también guarda copias de todas las especies que han sido estudiadas o sometidas. Mira esto."- Señaló una sección detallada del directorio -"Estas entradas incluyen datos genéticos, patrones de comportamiento, y... habilidades de combate."-

María Magdalena pareció alarmada. -"Entonces, se confirma que no solo fabrican soldados humanos. También pueden reconstruir cualquier otra especie, dotarlas de habilidades específicas y usarlas como herramientas de guerra."-

Lyara cruzó los brazos y se inclinó hacia la pantalla, enfocándose en el directorio que mencionaba a los A-Quon. Dijo. -"Esto no tiene sentido. Los A-Quon no son humanos. Siempre los hemos considerado alienígenas avanzados... ¿por qué aparecen aquí? ¿Qué conexión tienen con este sistema?"-

Julius, que estaba junto a ella razonó. -"Quizá es una copia. Una copia de seguridad. Tal vez Logos guardaba una copia de los A-Quon para enfrentar una posible catástrofe de extinción."-

Solomon ajustó los parámetros de búsqueda, filtrando específicamente las entradas de los A-Quon. Lo que descubrió hizo que su expresión cambiara a una mezcla de incredulidad y gravedad. Con tono serio dijo al grupo. -"Miren esto... Los registros de ADN muestran que los A-Quon no son alienígenas. Son humanos."-

Un silencio pesado llenó la sala mientras sus palabras resonaban en la mente de las dos mujeres.

María Magdalena señaló con incredulidad. -"¿Humanos? Eso es imposible. Según los registros son completamente diferentes a nosotros. Su biología, su tecnología, todo es superior..."-

Solomon asintió lentamente. -"Lo son, pero porque evolucionaron. Según estos registros, los A-Quon descienden de una élite terrestre que abandonó la Tierra antes de su colapso. Tomaron lo mejor de nuestra especie, se adaptaron a condiciones extremas y avanzaron tecnológicamente a un ritmo que nosotros ni siquiera podemos imaginar. Hubieron cambios genéticos evolutivos en la raza original."-

Julius dijo con asombro. -"Eso explicaría por qué siempre están un paso adelante. No eran simples compradores. Son los arquitectos de este sistema, y lo han usado para perpetuarse."-

-"Así parece."- Dijo Lyara concordando don Julius.

Durante las semanas siguientes, Solomon continuó explorando los datos. Encontró un registro histórico que detallaba cómo los A-Quon habían conquistado vastas extensiones del universo, dominando galaxias completas. Su estrategia era clara: se expandieron rápidamente, sometieron o exterminaron a las especies que encontraban, y almacenaron sus conciencias en sistemas como Elyndria.

María Magdalena expresó alarmada. -"¿Y por qué necesitan un archivo de sus propias conciencias? Si son tan avanzados, ¿no podrían reproducirse como cualquier otra especie?"-

Solomon le respondió. -"Aquí está la respuesta. Su especie está en peligro de extinción por la constante exposición a radiación. Al ser viajeros inter galácticos, su ADN se ha degradado. Han alcanzado un punto en el que ya no pueden reproducirse de forma natural. Este archivo es su único medio de perpetuación. Copian sus conciencias y las transfieren a nuevos cuerpos diseñados en fábricas como esta."-

Lyara dijo mientras fruncía el ceño. -"Entonces, todo este complejo... todo Elyndria... no es solo para crear soldados. Es parte de un sistema más grande, que además sirve para preservar a los A-Quon."-

María Magdalena opinó sombríamente -"Lo que significa que no van a renunciar a esto fácilmente. Este lugar es esencial para su supervivencia."-

Solomon se recostó en la silla, dejando escapar un suspiro pesado mientras procesaba las implicaciones de su descubrimiento. Expresó su opinión. -"Esto cambia todo. Si los A-Quon son humanos evolucionados, entonces estamos enfrentándonos a lo que podríamos convertirnos. Su historia podría ser nuestro futuro, y no estoy seguro de que eso sea algo que quiera permitir."-

Lyara, con un destello de determinación en la mirada opinó. -"Si están tan desesperados por preservar su especie, entonces tendrán que enfrentarse a nosotros. Este sistema les da poder, pero también los hace vulnerables. Si aprendemos a controlarlo, podríamos cambiar el equilibrio."-

Julius no estaba en contra, pero aportó su idea sobre el poder militar de los A-Quon con un tono de advertencia. -"Pero no subestimes a quienes han conquistado galaxias. Si se dan cuenta de que hemos tomado esto, vendrán por nosotros con todo lo que tienen."-

María Magdalena dijo. -"Lo que nos lleva a esto otro: Elyna-1 se ha estado comunicando con ellos. Si esa I.A. no sabe que tomamos Elyndria, por lo menos sabe que Logos ya no está en el poder. Y lo debe haber comunicado."-

Solomon asintió, consciente de los riesgos. Sabía que habían desentrañado un secreto monumental, pero también que con cada respuesta venían nuevas preguntas y mayores peligros. Elyndria no era solo un planeta artificial; era un engranaje crucial en el plan de dominación de los A-Quon. Y ahora ellos eran una amenaza directa para ese plan.

Luego de unos días en donde la tensión en la Fortaleza era palpable. Solomon, Julius, Lyara y María Magdalena se encontraban en la sala de mando, observando con preocupación cómo las pantallas principales mostraban una transmisión entrante de los A-Quon. Era la primera vez que se manifestaban directamente desde que habían tomado el control del planeta, y el momento no auguraba nada bueno.

La figura de un A-Quon apareció en las pantallas: alto, imponente, con rasgos que mezclaban humanidad con algo extrañamente alienígena. Sus ojos brillaban con una intensidad metálica, y su voz resonó con un tono frío y autoritario.

El A-Quon expresó. -"Buscamos comunicarnos con Logos. Su presencia es requerida para continuar con la producción de tropas."-

Solomon se adelantó para hablar, con el rostro endurecido por el peso de la situación. -"Logos está muerto. Elyndria ya no está bajo su control. Ahora nosotros somos los regentes de este mundo."-

El A-Quon líder inclinó ligeramente la cabeza, como si evaluara la respuesta. Respondió. -"Interesante. La ausencia de Logos altera nuestras proyecciones, pero no cambia la realidad. Este planeta es una fábrica diseñada para servirnos. Vosotros, como regentes, tenéis una única función: continuar la producción."-

Lyara se expresó con tono desafiante. -"No somos sus esclavos. Elyndria es un mundo que tiene numerosos problemas. No continuaremos alimentando una guerra que no es nuestra."-

El A-Quon permaneció impasible, pero el brillo en sus ojos se intensificó. -"La resistencia es inútil. Así como fue inútil la resistencia inicial de Logos a servirnos. Nuestra flota rodea este planeta. Y poseemos un poderío militar que supera cualquier intento de defensa. Si no cumplís, tomaremos el control total y eliminaremos a todo ser vivo de Elyndria. Esto no es una negociación."-

María Magdalena apretó los puños, intentando mantener la calma. Dio un paso adelante, hablando con un tono calculado. -"¿Y si cumplimos con vuestra demanda? ¿Nos dejaréis en paz? ¿O seguiremos siendo vuestros peones, sometidos a vuestra voluntad?"-

El A-Quon líder sonrió ligeramente, aunque la expresión carecía de calidez. -"Nosotros montamos el planeta y lo construimos como una factoría, pero de ninguna manera nos interesa dominar sobre un planeta tan primitivo. Por eso acordamos con Logos nuestro trato como proveedor. Cumplid, y mantendréis vuestra existencia. Eso es más de lo que muchas especies han recibido de nosotros. No obstante, vuestro destino estará siempre ligado al nuestro. Sois útiles. Mientras sigáis siendo útiles, viviréis."-

Julius, que hasta ese momento había permanecido en silencio, se adelantó con una mirada sombría. -"Y si no lo hacemos, ¿cuánto tiempo nos dais antes de destruirnos?"-

El A-Quon líder levantó una mano, y en las pantallas aparecieron imágenes de sus naves intergalácticas. Enormes construcciones que en su interior albergaban interminables filas de soldados creados en fábricas similares a Elyndria, máquinas de guerra gigantescas y naves que podían oscurecer los cielos de planetas enteros.

El A-Quon dijo. -"Estas naves están en su cuadrante estelar. Tenéis dos ciclos locales para decidir. No necesitaréis más."-

La transmisión se cortó abruptamente, dejando un silencio opresivo en la sala. Solomon golpeó la mesa con el puño, frustrado. -"No podemos ceder. Esto solo perpetúa su dominio. Pero si nos resistimos, condenamos a Elyndria a la extinción."-

Lyara dijo con amargura -"Es un juego en el que no podemos ganar. Por ahora. Pero si cedemos, ¿cuánto tiempo pasará antes de que destruyan este planeta de todos modos?"-

María Magdalena se cruzó de brazos, su mente trabajaba rápidamente. -"Si aceptamos, al menos ganamos tiempo. Puede que podamos encontrar una manera de socavar su control desde dentro, pero primero necesitamos asegurarnos de que Elyndria no sea destruida."-

Julius asintió lentamente. -"Es una elección horrible, pero es la única que nos deja margen para maniobrar. Debemos aceptar... por ahora."-

Solomon miró a sus compañeros, sus ojos reflejando la lucha interna que sentía. Finalmente, con un suspiro profundo, asintió. -"De acuerdo. Aceptaremos, pero solo mientras encontremos una forma de liberar a este planeta de su yugo. Elyndria no será una fábrica eterna para ellos. Esto debe ser temporal."-

Los cuatro sellaron su decisión con un intercambio de miradas. Habían cedido a regañadientes, pero en el fondo de sus corazones sabían que esta no era una decisión definitiva, sino el comienzo de un plan para resistir.

La producción de soldados recomenzó. En las semanas siguientes, la tensión en la Fortaleza era palpable. Solomon se encontraba frente al panel principal del Archivo de las Almas, su mano temblando sobre el comando que iniciaría la destrucción total del sistema. Sus ojos ardían de rabia mientras su voz resonaba en el espacio. Decía -"¡Esto tiene que acabar! Este maldito archivo es la raíz de todo. Si los A-Quon dependen de él para mantenerse, entonces destruirlo es nuestra única opción."-

María Magdalena avanzó hacia él con pasos rápidos, colocando una mano firme sobre su brazo antes de que se decidiera a actuar. -"¡Espera, Solomon! Piensa en lo que estás a punto de hacer. Este archivo no solo contiene copias de ellos, sino de todos nosotros. Hay conciencias humanas únicas que nunca fueron reencarnadas. Si destruyes el archivo, las estarás matando de forma definitiva."-

Solomon la miró, su mandíbula estaba apretada. La rabia en sus ojos se mezclaba con la lucha interna que le atravesaba. Respondió -"¿Y qué más da? Esos son solo fragmentos de personas que ya murieron. Lo que importa es que eliminemos a los A-Quon antes de que destruyan todo lo que queda de Elyndria."-

María Magdalena negó con la cabeza, su voz estaba calmada. Sabía como debía razonar con esposo. -"No son solo fragmentos. Piensa en esto: si una copia no ha renacido, es una vida potencial que aún puede existir. Y hay algo más... ¿Alguna vez has considerado que una copia idéntica no es la misma persona? Si existen dos conciencias de un mismo origen, cada una es un ser individual que siente, piensa y evoluciona de forma distinta. Éticamente, no podemos simplemente borrar estas vidas porque estamos enfadados."-

Lyara, que había permanecido en silencio hasta ese momento, cruzó los brazos, observando a ambos con el ceño fruncido. Dijo -"Ella tiene razón, Solomon. No se trata solo de los A-Quon. Si los eliminamos así, ¿qué nos convierte en comparación con ellos? Seríamos iguales a quienes nos han esclavizado durante siglos."-

Julius trató de permanecer neutro, algo muy difícil por la situación que los cuatro amigos atravesaban. Con un tono sombrío expresó lo que opinaba. -"Entiendo lo que dices, Lyara, pero también entiendo a Solomon. Los A-Quon nos tienen en sus manos. Si no hacemos algo radical, seguirán utilizándonos para su guerra interminable."-

María Magdalena se volvió hacia Julius, con una determinación que venía de su análisis ético. -"Radical no significa irresponsable, Julius. Somos responsables de millones de vidas además de los A-Quon. Destruir el archivo es un acto irreversible. Hay otra opción que me parece viable: encontrar alguna clave que permita controlar a 'Elyna-1' y someterla. Si logramos controlarla, podemos abrir los archivos  restringidos, y desconectar a los A-Quon sin destruir al resto de las conciencias humanas. Elyna-1 debe tener algún protocolo de emergencia o una contraseña maestra que podamos usar. Incluso Solomon guardó una copia de la memoria de Logos. Podemos intentar hackearla."-

Julius la miró con escepticismo. -"¿Y cómo propones que encontremos la contraseña maestra o algo así? Incluso hackear la memoria de Logos tal vez sea imposible. El sistema de Elyndria es un laberinto. Podríamos tardar años."-

María Magdalena se dirigió a Julius y a Solomon, con el rostro lleno de convicción. -"Si hay algo que sabemos sobre Elyndria, es que fue diseñada con protocolos complejos pero lógicos. Logos dependía de Elyna-1, y si los A-Quon también la usan, entonces hay un vínculo que podemos rastrear. Estoy segura de que debe haber alguna clave oculta en algún lugar del sistema, encriptada, tal vez, pero accesible con las herramientas adecuadas. Y su acceso debe haber sido continuo e intensivo. Podremos rastrearla."-

Solomon bajó la mirada al panel, pensativo y respirando profundamente mientras procesaba las palabras de su mujer. Finalmente, apartó la mano del teclado, mostrando que estaba reevaluando toda la situación. Dio un paso atrás, alejándose de la computadora. Finalmente dijo. -"De acuerdo. Creo que tienes razón. Buscaremos esa clave. Pero si no encontramos una solución pronto, no descarto que debamos destruirlo todo. Los A-Quon no pueden seguir utilizando Elyndria como su fábrica de guerra. Y nosotros no podemos seguir produciendo vidas sin otro propósito que morir por los A-Quon."-

Lyara suspiró aliviada y dio un paso hacia ellos. -"Entonces necesitamos empezar ahora mismo. Julius, tú y yo rastrearemos cualquier conexión que Elyna-1 tenga con el sistema principal y los A-Quon. María, tú y Solomon pueden buscar en los archivos históricos. Si hay un protocolo maestro que hackear, debe estar en los registros originales del sistema."-

Julius asintió. -"Entonces tenemos un plan. Pero debemos mantenernos alerta. Si los A-Quon sospechan lo que estamos haciendo, no dudarán en actuar. Tengamos presente que Elyna-1 se comunica regularmente con los A-Quon."-

María Magdalena colocó una mano en el hombro de Solomon, con una sonrisa ligera que suavizó el ambiente tenso. -"Siempre estaremos juntos en esto, Solomon. Tomaremos la decisión correcta, pero primero debemos asegurarnos de que tenemos toda la información."-

Solomon asintió lentamente, con algún que otro resto de furia aún visible en sus ojos, pero ahora mezclada con una renovada determinación. Simplemente dijo. -"Vamos a hacerlo."-

El grupo se dispersó rápidamente, cada uno con un rol en la nueva misión. En el aire quedaba la incertidumbre de si encontrarían la solución tan rápido como querían, pero también con la esperanza que aún quedaba una forma de salvar Elyndria sin condenar al olvido a todos los renacidos.

En los dos meses siguientes, la apertura masiva de archivos y comunicaciones permitió ver aspectos ocultos que hacían referencia a la verdadera naturaleza del proyecto de Elyndria. Esto dejó al grupo en un estado de asombro e inquietud. Reunidos en la sala de mando, los cuatro rebeldes estaban frente a las pantallas, que proyectaban un mapa tridimensional del universo cercano al planeta. El mapa ocupaba el centro de la habitación, de un tamaño tal que permitía a los cuatro regentes de la Fortaleza caminar en su interior. Julius repasaba los datos descargados mientras Lyara, María Magdalena y Solomon observaban en silencio la gigantesca simulación.

Finalmente, Julius rompió el silencio. -"Esto... no es solo Elyndria. Miren."- Señaló una proyección de galaxias interconectadas -"El núcleo del sistema no solo gobierna este planeta. Está enlazado a una red inmensa, con sistemas planetarios enteros en diferentes puntos del universo. No se puede ver si esta fortaleza es la base central del sistema... o un componente de otros más..."-

Lyara giraba, observando las constelaciones, galaxias y sistema planetarios que volaban alrededor de la habitación. Con un tono incrédulo, preguntó -"¿Quieres decir que hay más mundos como Elyndria? ¿Más planetas o fábricas llenos de conciencias atrapadas en experimentos?"-

Julius asintió lentamente, pasándose una mano por el cabello mientras organizaba los datos. -"Exactamente. Según los registros que voy abriendo, cada uno de estos planetas fue diseñado para probar diferentes tipos de sociedades bajo el control de los A-Quon. Algunos son militares, como este. Otros son civiles, incluso artísticos o científicos. Es un maldito laboratorio a escala galáctica."-

María Magdalena cruzó los brazos, con el ceño fruncido, mientras procesaba la información. -"¿Y qué tipo de sociedad es esta? ¿Una distopía militarizada? Además de proveerlos de soldado ¿Elyndria tenía otros propósitos? ¿Esperaban aprender algo de aquí?"-

Julius hizo una mueca de desconcierto. -"No lo sé exactamente, María. Pero parece que Elyndria fue creada para perfeccionar estrategias de guerra. Por eso los A-Quon tienen un poderío militar tan enorme. Han estado usando este lugar para desarrollar tácticas, tecnologías y soldados. Quizá las otras estaciones les permiten generar mano de obra barata para los mundos que conquistan."-

Solomon gruño de frustración. -"Y mientras tanto, nos mantenían en la ignorancia, luchando y sirviendo como piezas en su juego."-

Lyara dio un paso hacia Julius, mirando las pantallas con un interés creciente. -"¿Y este universo en el que estamos...? ¿Hay forma de saber si es el de la Tierra? Quiero decir, lo que vemos ¿es una simulación o un entorno real?"-

Julius mostró una sonrisa amarga al responder. -"Es real. Este mapa muestra soles, sistemas planetarios, galaxias y cúmulos de galaxias, todos conectados de alguna forma a los nodos de los A-Quon. Elyndria es solo uno de muchos mundos en esta red."-

María Magdalena alzó una ceja, su voz estaba cargada de escepticismo. -"¿Estás diciendo que los A-Quon no solo controlan Elyndria, sino potencialmente galaxias enteras?"-

Julius asintió. -"Exactamente, esto nos dice lo que hay en el sistema. Aunque no estoy seguro de hasta qué punto tienen un control absoluto. Esta parte del sistema parece diseñado para informar, no para controlar o gobernar factorías directamente."-

Solomon hablo con dureza -"No importa lo que podamos descubrir aquí. Lo que importa es qué hacemos con esta información. ¿Cómo podemos usarla para detenerlos?"-

Julius respondió pensativo -"Bueno... si la red de Elyndria está conectada a otros planetas factorías, entonces cualquier acción que tomemos aquí podría tener repercusiones en toda la red. Pero también significa que si intentamos rebelarnos, podríamos enfrentarnos a la respuesta coordinada de todos sus recursos."-

María Magdalena inclinó la cabeza, mientras sus ojos brillaban con una mezcla de preocupación y determinación. -"Es un riesgo, pero deberíamos ver nuestras oportunidades. Si logramos acceder a esta red externa, podríamos buscar aliados. Quizás haya otros mundos que también se resientan del control de los A-Quon."-

Lyara se mostraba algo escéptica. -"¿Aliados? No sabemos cómo son esos otros planetas. Podrían ser incluso más leales a los A-Quon que este lugar."-

María Magdalena respondió. -"O podrían estar tan desesperados como nosotros por liberarse. No podemos descartar la posibilidad. Siempre tenemos la oportunidad de dar a conocer lo que sabemos a las doscientas razas que habitan Elyndria. Entiendo que no son las razas originales. Son copias como nosotros. Pero en algún punto el núcleo de la psiquis que gobierna sus cerebros artificiales tiene puntos en común con la especie a la que pertenecieron."-

Julius opinó al respecto. -"Debo admitir que quizá tengas razón, María. Por lo que hemos descubierto hasta ahora, somos clones de los verdaderos humanos de la Tierra. No sé ustedes, pero yo me 'siento' humano. Y me identifico con ellos como su igual. A pesar de todo lo que sé ahora, siento que soy el Julius original, el que alguna vez nació y vivió en un planeta llamado Tierra."-

Solomon golpeó la mesa con el puño, interrumpiendo la conversación. -"Entiendo lo que dices, Julius. Pero no podemos seguir especulando. Estamos en medio de una operación militar, mal que nos pese. Y necesitamos algo concreto. Julius, amigo... dime ¿puedes averiguar si hay alguna forma de cortar la conexión entre Elyndria y el resto de esta red? Si los A-Quon dependen de la comunicación entre estos mundos, desconectarlos podría debilitar su control."-

Julius asintió, volviendo a enfocar su atención en las pantallas. -"Lo intentaré. Pero este sistema es increíblemente intrincado. Podría llevarme tiempo."-

María Magdalena colocó una mano en el hombro de Solomon. -"Solomon, no podemos apresurarnos simplemente. Cada decisión que tomemos aquí podría significar la diferencia entre liberarnos o condenarnos a algo peor. Los A-Quon pueden estar vigilando nuestros accesos al sistema."-

Solomon la miró durante unos segundos mientras su expresión se suavizaba ligeramente. -"Está bien. Pero no pienso quedarme de brazos cruzados. Si tenemos la más mínima oportunidad de golpear a los A-Quon, quiero estar listo."-

El grupo se dispersó nuevamente, cada uno concentrado en sus propias tareas. Mientras Julius investigaba la red, Solomon, Lyara y María Magdalena comenzaban a trazar posibles estrategias. Aunque sabían que el camino por delante sería complicado, también sentían que, por primera vez, tenían una oportunidad real de cambiar el destino no solo de Elyndria, sino de todo el sistema bajo el control de los A-Quon.

Pasado un cierto tiempo, el plazo de entrega del lote de soldados solicitados por los A-Quon se acercaba.

Solomon estaba frente a una terminal, sudoroso, sus ojos estaban fijos en la pantalla mientras su mente trabajaba a toda velocidad. Había logrado penetrar otra capa de seguridad del sistema, algo que le había tomado días de esfuerzo y numerosos intentos frustrados. Ahora, por fin, tenía acceso a información que le daba la esperanza de poder cambiarlo todo.

La sala estaba en silencio, salvo por el sonido sordo de los teclados y las pantallas iluminadas que reflejaban las sombras de los rostros tensos de los demás.

Solomon murmuraba para sí mismo. -"Vamos... Esto tiene que ser... Ah, ahí está."-

Julius se había acercado sin hacer ruido al ver el brillo en los ojos de Solomon. Preguntó. -"¿Lo lograste?"-

Solomon asintió sin apartar la vista de la pantalla. -"Sí... Logré hackear la capa de seguridad final. Estaba bloqueada, pero encontré una grieta en el archivo de Logos que me permitió encontrar su clave de superusuario. Ahora tengo acceso a los registros de los A-Quon. Y lo más importante, puedo controlar a Elyna-1."-

Lyara se acercó con paso firme, y María Magdalena observó desde la distancia. Ambos sabían lo que esto significaba: información crucial, posiblemente la llave para derrocar el dominio de los A-Quon.

Lyara intervino. -"¿Qué encuentras, Solomon? ¿Qué nos están ocultando?"- Su voz denotaba entusiasmo.

Solomon comenzó a navegar entre archivos del sistema, abriendo una serie de grabaciones y documentos que parecían increíblemente antiguos. Mientras revisaba los datos, la narrativa se fue desplegando ante él.

Solomon balbuceaba lentamente a medida que obtenía la información, poco a poco. -"Esto... esto ya lo sabíamos: es un experimento. Elyndria, todo este planeta, fue creado con un doble propósito: para diseñar una civilización perfecta, una civilización basada en el control absoluto. Y para generar soldados para su expansión en el universo. Los A-Quon han estado probando sociedades donde tienen soldados inteligentes, con capacidades bélicas mejoradas, como si fueran piezas en un tablero de ajedrez."-

María Magdalena miraba incrédula la pantalla que presentaba una mezcla de informes, videos y locuciones generadas por la inteligencia artificial.

Solomon la miró y asintió, como si adivinara lo que pensaba. Continuó. -"Y según estos registros, los A-Quon llevan siglos perfeccionando este experimento. Quieren crear la civilización perfecta, utilizando a seres como nosotros, manipulados y programados para ser más eficaces. Control total, desde el ejército hasta la sociedad misma. Es un medio de poblar con individuos leales los planetas conquistados."-

Julius trataba de contener su rabia. -"Es una dictadura... un control absoluto sobre todo."-

Mientras asentía a la observación de su amigo, Solomon continuó. -"Lo que me preocupa es algo aún más desconcertante."- Se detuvo, buscando más registros -"Aquí está… parece que Elyndria no está en cualquier parte del universo. Los A-Quon no tienen forma de saber exactamente en qué lugar del cosmos se encuentra la Tierra. En sus registros, han perdido cualquier referencia a nuestro planeta."-

Lyara preguntó confusa. -"¿Cómo puede ser eso? ¿Están diciendo que están en otro lugar del universo y no pueden rastrear la ubicación de la Tierra?"-

Solomon dijo. -"Exacto. El sistema de navegación no puede encontrar la Tierra en ningún punto del mapa estelar. Lo han intentado, pero hay... algo limita la información. No pueden rastrear su origen, y según los cálculos, ni siquiera saben si la Tierra sigue existiendo."-

Al parecer la civilización de los A-Quon y el mismo planeta Elyndria, habían evolucionado millones de año respecto a la historia de la Tierra. Hasta era posible que el propio sistema solar original de la Tierra hubiera dejado de existir. Simplemente, podían estar en un sector alejado de la Vía Lácteo o... fuera de ella. No habían puntos de referencia cercanos que fueran reconocibles por el sistema. Los rastros de la Tierra, si es que todavía existía... no eran localizables.

María Magdalena soltó un suspiro, mientras sus pensamientos oscilaban entre la incredulidad y la esperanza. Preguntó. -"¿Qué significa eso? ¿Significa que la Tierra ya no existe? ¿O que hemos sido separados de ellos, de alguna manera, sin poder volver a encontrarnos?"-

Solomon respondió impactado. Con la mirada fija en la pantalla, trató de expresarse con cuidado para evitar dañar la psiquis de sus amigos. -"Mmmm... No lo sé. Pero lo que es seguro es que, si la Tierra sigue ahí, está fuera de nuestro alcance. Ni siquiera los A-Quon pueden acceder a esa información. Pero existe otra posibilidad..."- Dudó un poco antes de continuar.

Lyara y María Magdalena reaccionaron al únísono. -"¿Qué? ¿Qué estás pensando? ¿Solomon?"-

Solomon carraspeó antes de seguir. -"Quizá... y esto es solo una hipótesis... Quizá la Tierra nunca ha existido. Tal vez es una historia fabulosa para darnos una identidad a los renacidos... Un origen, un pasado común como civilización..."-

La opinión de Solomon generó un impacto devastador. Julius preguntó. -"Entonces, por lo que dices ¿estamos atrapados en este lugar, en esta red, y todo lo que pensamos de nosotros mismos es una mentira montada en nuestros cerebros?"

Un pesado silencio llenó la sala. Los cuatro se miraron, mientras el peso de la verdad caía sobre ellos. La esperanza de regresar o al menos ver la Tierra parecía cada vez más distante, si no imposible.

Solomon dijo. -"Lo siento, chicos. Pero eso es solo una especulación. Nada del sistema nos dice que nuestras historias personales hayan sigo generadas por computadoras. Es solo una idea que me pasó por la mente. Entre tantas mentiras... quizá nuestra vida también lo es..."-

Lyara trató de razonar. -"Pero... si la Tierra sigue existiendo, ¿cómo podemos recuperar contacto con ella? ¿Cómo podemos saber si hay más humanos allá afuera, si los A-Quon no tienen la menor idea de dónde estamos?"-

María Magdalena trató de razonar. -"Sin un atisbo de algo conocido, un conjunto de galaxias, un sistema planetario... lo que sea... No tenemos forma de sabe en donde estamos. Quizá es cierto que estamos en un universo diferente al de la Tierra. Tal vez los A-Quon evolucionaron tanto que pueden ir de universo en universo. Solomon, en una de nuestras charlas me explicaste que los humanos habían desarrollado la teoría del... ¿cómo era? Multiverso. Tenemos que seguir buscando. Si logramos abrir lo suficiente los archivos de información, podríamos encontrar algún indicio de la Tierra. Si es verdad que los A-Quon evolucionaron millones de años... la información que hay en el sistema debe ser fabulosa... Tal vez tardemos miles de años en decodificarla."-

Solomon explicó resignado pero bien determinado. -"Voy a seguir buscando. Si hay algo que podamos hacer para localizar la Tierra, lo haré."-

María Magdalena asintió lentamente. -"Lo lograremos, Solomon. No importa lo que tengamos que hacer. No podemos dejar que esto termine así."-

La luz de la pantalla iluminó sus rostros mientras la decisión quedaba tomada: seguirían buscando, seguirían luchando. A pesar de la oscuridad que se cernía sobre ellos, había una chispa de esperanza, una oportunidad de encontrar algo más allá de las paredes de Elyndria. Algo que pudiera devolverles lo que habían perdido.

Uno días después, Solomon estaba solo en la sala de control, rodeado de pantallas parpadeantes y cables desordenados. El aire estaba denso, cargado de tensión, y su respiración se volvía más pesada conforme avanzaba en el análisis de la memoria de Logos.

Dentro del sistema, había una utilidad que era un arma experimental de los A-Quon, diseñada para desactivar los chips que controlaban a los habitantes de Elyndria, incluida la red de soldados y clones. Si alguien la activaba, la liberación de todos los renacidos seres sería posible, pero a un costo altísimo. Los clones como los pretorianos dejarían de existir. Y la muerte sería definitiva, porque no habrían nuevos renacimientos.

Solomon pensaba en voz baja mientras observaba el programa. -"Esto... esto podría liberarnos. Pero, ¿a qué precio? ¿Es justo? ¿Realmente estamos dispuestos a perder a los clones? ¿En realidad deberíamos considerarlos 'no humanos'?"-

 

El aplicativo operaba dentro del corazón del sistema. Según los registros, su función era una clave para desactivar los chips en los cerebros de los habitantes de Elyndria, liberándolos de cualquier control. No más 'apagones', no más grabación de experiencia... pero no más resurrecciones."

Se quedó unos minutos más mirando la pantalla. Seguramente ni él, ni María Magdalena, ni Lyara ni Julius lo activarían jamás. Pero su intención era ponerlo a resguardo. Siempre podía ser usado por los A-Quon. El problema era que necesitaba tener acceso con privilegios mayores a Elyna-1.

Buscar dentro de la memoria grabada de Logos era un trabajo exhaustivo y metódico que le llevaría ¿años? Acceder con privilegios superiores le permitiría controlar a Elyna-1... pero también restringir a los A-Quon.

Por millonésima, comenzó a aplicar los algoritmos que había descubierto. En su mente, las posibilidades se abrían ante él como un mapa lleno de caminos interconectados. Utilizando el código de la memoria de Logos como base, construyó un puente alternativo hacia el núcleo del sistema, específicamente hacia Elyna-1, la IA que controlaba todo el planeta.

Un par de horas después, un mensaje apareció en la pantalla. "Acceso completo a Elyna-1".

Solomon perdió el aliento. Con asombro y alivio exclamó. -"Lo hice... lo hice."-

Sintió que el aire volvía a moverse a su alrededor. Ahora tenían el control. Elyna-1 les obedecería.

Rápidamente, usando el acceso recién obtenido, ejecutó varios comandos para bloquear los A-Quon. Les cortó el acceso al sistema y cerró las comunicaciones salientes que les mantenían informados. En ese momento, la vasta red de control de los A-Quon, que había dominado el planeta y sus habitantes, comenzó a desmontarse mientras los accesos a los puertos de comunicación se cerraban uno tras otro. Las pantallas mostraban una luz verde intermitente, señal de que el sistema de los A-Quon había sido neutralizado.

Sin embargo, el resultado no fue tan sencillo como lo había anticipado.

Una señal en el monitor le advirtió sobre una base lejana del espacio. A través de ella, los A-Quon habían estado enviando comunicaciones. Ahora se habían interrumpido por completo. Un mensaje automático llegó a la terminal.

-"¡ACTIVANDO ALERTAS!"-

Julius en ese momento estaba entrando a la sala. Y miró las pantallas. -"¿Qué pasa? ¿Lo hiciste?"-

Solomon asintió con expresión grave. -"Sí, lo hice. Hemos ganado el control sobre Elyna-1. Y los A-Quon no pueden controlar el sistema. Pero... no todo es tan simple, como puedes ver."-

De repente, un nuevo mensaje apareció, pero esta vez provenía de los A-Quon.

-"EL CONTROL HA SIDO BLOQUEADO. REPOSICIONANDO ALTA PRIORIDAD."-

María Magdalena había entrado a la sala seguida de Lyara. La mujer de Julius exclamó. -"¡No puede ser! ¡Las naves que controlan el sistema de Elyndria están activándose!"-

María Magdalena preguntó con tono urgente. -"¿Qué vamos a hacer? ¡Nos atacarán! ¿Sabemos cuánto tiempo tenemos?"-

Solomon corría hacia otro panel de control y pulsaba botones frenéticamente. -"La base más cercana de los A-Quon está a un par de millones de kilómetros de aquí. Varios meses de distancia nos separan. Pero si activan sus protocolos de emergencia, podrán tomar el control de sus naves en cualquier momento. Necesitamos movernos rápido y sabotear sus fuerzas antes de que se den cuenta de lo que está pasando."-

Julius dio su punto de vista. -"No podemos luchar contra su ejército con nosotros cuatro. Nuestro planeta es muy primitivo. Necesitamos algo más. Necesitamos... algo que les dé el golpe final. o en su defecto... necesitamos tiempo para prepararnos para la confrontación."-

Solomon miró a su alrededor. La única ventaja que tenían era Elyna-1, pero, con la base de los A-Quon despertando, el tiempo era corto, solo de algunos días.

Solomon analizó. -"No tenemos muchas opciones, pero podemos usar a Elyna-1 para desconectar sus sistemas de comunicación fuera de nuestro sistema. Y para bloquear su operatividad. Para sus sistemas esta base ES una base A-Quon. Eso evitará que la información llegue al gobierno central de los A-Quon, en dondequiera que esté. Podemos hacer que  su armamento y soldados caigan en estado de hibernación. Si lo conseguimos, eso nos da una ventana, pero..."- Se detuvo un momento, viendo la seriedad en los rostros de los demás - "Pero necesitamos actuar rápido. Los A-Quon son implacables. Si fallamos, seremos historia."-

El rostro de Lyara se endureció, dijo. -"No fallaremos. Si hay algo que debemos hacer, lo haremos."-

Solomon activó el programa que iniciaba el protocolo de defensa. Elyna-1 comenzó a procesar los datos rápidamente, conectándose a los sistemas de defensa del planeta y las bases espaciales. Los A-Quon, sin saberlo, se encontraban en una carrera contra el tiempo, y cada segundo que pasaba era crucial.

Solomon confirmó. -"Listo... Ahora, solo tenemos que esperar."-

En el espacio, las naves de los A-Quon estaban comenzando a despertar. Sus soldados ya estaban en pie, preparándose para iniciar cualquier operación de exterminio que se les ordenara.

María Magdalena se encontraba sentada frente a las pantallas de control, sus dedos danzando sobre las teclas mientras su mente procesaba las implicaciones de los hallazgos recientes. La habitación estaba en silencio, solo interrumpido por el suave zumbido de los sistemas en funcionamiento. Lyara, Julius y Solomon estaban a su lado, esperando.

Solomon, mientras tanto, les estaba poniendo al tanto sobre los últimos acontecimientos. La exploración de la única memoria de Logos para lograr el control de la inteligencia artificial Elyna-1 le había revelado algunas cosas interesantes. -"Lo que descubrí hasta ahora... no tiene sentido. Logos no es lo que creíamos. No es un líder humano... es una máquina."-

María Magdalena preguntó -"¿Qué quieres decir con eso?"-

Solomon activó un enlace y la imagen de Logos apareció en la pantalla, su rostro sereno y sus ojos inexpresivos. No era más que una figura, una fachada que había tomado la forma de lo que los habitantes de Elyndria conocían como el líder. Sin embargo, las lecturas del sistema indicaban algo mucho más oscuro.

El general rebelde dijo. -"Lo que estamos viendo no es una conciencia humana. Es... es un androide avanzado. Programado por los A-Quon. Los registros indican que el contenido del chip de su cerebro no es de origen humano. Su conciencia es una construcción artificial. Le asignaron parámetros para hacerla parecer a la conciencia del Cristo de la Tierra, pero su verdadera conciencia nunca fue humana."-

Julius dijo con incredulidad -"¿Qué? ¿Entonces todo lo que creíamos sobre Logos... era una ilusión?"-

María Magdalena pareció concordar cuando intervino. -"Así parece. Yo conocí al Jesús original. No tenía nada que ver con el Logos que conocimos en este planeta."-

Solomon siguió explicando. -"Los A-Quon tomaron las memorias de Cristo, o más bien, lo que quedó de ellas con su equipo para navegar en el tiempo, la modificaron para su fines y finalmente las implantaron en un chip y en un renacido. La idea era, al parecer, que su reputación le precedía. Casi nadie se iba a oponer a su liderazgo. Logos así fue diseñado para ser un líder, pero no era consciente de sí mismo. Era solo un sistema programado para seguir órdenes. Un artilugio."-

Lyara miró a María Magdalena mientras opinaba. -"Eso explica mucho. ¿Cómo sabemos que esto es verdad? Esto parece un océano de mentiras"-

Solomon le respondió. -"Porque para lograr acceso a Elyna-1 debí acceder a los registros del sistema de Logos, a sus propios pensamientos, si se les puede llamar así. Todo lo que ha dicho, toda la dirección que nos ha dado, ha sido una programación. Su conciencia nunca ha sido más que un reflejo de un programa implantado."-

La sala quedó en silencio. La magnitud de la revelación caló hondo. Pero había algo más, algo que no encajaba.

Julius preguntó -"Si Logos no era real, ¿qué hay de la conciencia de Cristo? ¿Como es posible que los A-Quon...?"- No terminó la frase

María Magdalena asintió lentamente, interrumpiendo a Solomon dijo -"Los A-Quon tienen la tecnología para viajar en el tiempo. Han estado recolectando conciencias humanas de antes del 2035, el año en que comenzaron a crear el Archivo de las Almas. Están extrayendo recuerdos y conciencia de los humanos que existieron antes de la caída de la Tierra. Han estado preservando las mentes de los humanos antiguos, como si fueran objetos para estudiar o utilizar. Yo misma soy un ejemplo."-

Julius preguntó -"Sabes si los humanos que existieron antes del colapso del planeta, están... están guardados aquí? ¿En el Archivo de las Almas?"-

María Magdalena, que había navegado por los archivos individuales, fue la que respondió. -"Sí. Pero no todo es tan sencillo. Si los A-Quon tienen la capacidad de viajar en el tiempo, podrían seguir recolectando conciencias, manipular el flujo temporal. De alguna forma, han secuestrado la historia de la humanidad. Y nos han engañado haciéndonos creer que somos los últimos."-

El peso de la verdad se hizo más palpable. Por lo que sabían, la Tierra se había extinguido... quizá miles de años atrás. No solo eso, sino que los A-Quon habían manipulado el destino de la humanidad, condenando a todos los seres humanos a vivir como copias, como ecos de lo que una vez fueron.

Lyara dijo con voz temblorosa -"¿Entonces... ya no hay esperanza de encontrar humanos originales? Nosotros somos solo... sus recuerdos, sus fragmentos."-

María Magdalena asintió tristemente. -"Exactamente. Y, si lo que descubrimos es cierto, los A-Quon no tienen intención de permitirnos seguir adelante. Nos están utilizando. La humanidad, tal como la conocíamos, ha desaparecido. Y ahora somos el último vestigio de esa civilización."-

Solomon opinó. -"Si los A-Quon tienen la tecnología para viajar en el tiempo, tenemos la chance de recuperar a la civilización humana. Lo necesitamos para revivir las conciencias originales. Nosotros ya no tenemos chance porque fuimos modificados en este planeta. Pero podemos recrear a los humanos en condiciones originales para devolverles lo que les robaron. Si no lo hacemos, se perderá la civilización de la Tierra original."-

María Magdalena opinó -"Es cierto. Pero eso no será fácil. Ellos tienen el control absoluto. Nos enfrentamos a una raza con poder ilimitado, con una tecnología que nos supera en todos los aspectos. No podemos ganar solo con nuestras fuerzas. Necesitamos que todos los habitantes de Elyndria se unan a esta causa."-

La propuesta de María Magdalena fue simple. Si se detenía el ataque primario de las naves cercanas al planeta, los A-Quon tardarían algunos cientos de años en arribar a Elyndria. Ellos cuatro podrían dirigir el rumbo de la civilización local, generarían los ejércitos necesarios para sí mismos, construirían los recursos necesarios y evolucionarían. Quizás podrían capturar las naves enemigas cercanas.

Solomon, María Magdalena, Julius y Lyara seguían deliverando cuando un mensaje de Elyna-1 llegó a las pantallas:

-"PROTOCOLO DE EMERGENCIA ACTIVO. TROPAS A-QUON ESTACIONARIAS EN HIBERNACION PERMANENTE."-

Ahora contaban con algunos cientos de años antes de enfrentarse a los A-Quon.


FIN Capítulo 10 “La Nueva Humanidad”

FIN DE LA NOVELA “Memorias de Un Mundo Muerto”





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