viernes, 7 de febrero de 2025

Cuento: "Línea Temporal"

 


Línea Temporal

 

La cafetera goteaba su último esfuerzo en el laboratorio de Física Teórica. El reloj marcaba las  11:32 a.m. y la pantalla de un osciloscopio parpadeaba inútilmente en una esquina.

Los dos hombres estaban sentados en una mesa llena de papeles, cables y una taza con restos de café que bien podrían datar del Big Bang.

Diego era un programador convertido desde hacía varios años en escritor. En ese momento le preguntaba a su amigo -"A ver, Gabriel, explícame esto otra vez porque mi cerebro sigue atado al siglo XX. Dices que el tiempo no existe. Ok, pero mi reloj insiste en contradecirte."- 

Gabriel, que era profesor de física teórica, intentaba explicarle -"Tu reloj no mide el tiempo, Diego, mide cambios. Es como un cuentakilómetros del universo. Pero el tiempo en sí... es pura ilusión."- 

Diego retrucó -"¿Y cómo demonios vivimos en una ilusión? ¿No es esto una forma muy sofisticada de decir "carpe diem" con palabras científicas?"- 

Gabriel sonrió al responder la ocurrencia de su amigo -"No exactamente. Mira, la idea de Julian Barbour es que el universo no es una película en la que el tiempo fluye, sino una colección de fotogramas estáticos. Cada instante, cada 'ahora', existe independientemente de los demás. No hay un pasado que fluya hacia el futuro; solo hay un gran álbum de fotos del universo en el que tu conciencia hojea las páginas."- 

Diego dudaba -"Entonces, ¿el tiempo es solo un mal montaje de diapositivas?"- 

Gabriel intentó explicar -"Más o menos. Imagínate que abres tu editor de código y en lugar de ver una línea de ejecución, ves todos los estados del programa a la vez. Tú eliges cuál mirar, pero en realidad, todos los estados ya existen."- 

Diego dudó -"Espera. Si todos los instantes existen a la vez, ¿significa que el futuro ya está escrito?"- 

Gabriel movió afirmativamente su cabeza -"No exactamente. Lo que llamamos 'futuro' es solo otra página del álbum, pero nadie te dice en qué orden las hojeas. La ilusión del tiempo viene de la forma en que nuestra conciencia salta de un estado a otro. Pero esos estados no están ordenados por ninguna entidad cósmica."- 

Diego preguntó incrédulo -"Es decir, que el tiempo es como un videojuego donde todos los frames ya están renderizados, pero yo solo veo uno a la vez... ¿Estoy atrapado en un mal motor gráfico de la realidad?"- 

Gabriel explicó pacientemente -"Más bien, eres el personaje de un juego donde todas las partidas posibles ya existen, pero tú solo experimentas una de ellas."- 

Diego seguía dudando -"¿Y qué hay de la causalidad? No puedes decirme que si me lanzo del tejado ahora, en otra página del álbum no me voy a romper una pierna."- 

Gabriel asintió —"Claro, porque en el gran álbum del universo, hay páginas donde tomaste la decisión de no saltar y otras donde sí lo hiciste. Pero no es que el tiempo te lleve de una a otra como un río. Tú, tu conciencia, es la que salta entre ellas, y cada 'yo' que experimenta cada página cree que el tiempo fluye, cuando en realidad, todo está ya ahí."- 

Diego dudaba de la teoría -"O sea, soy una especie de viajero que se desliza por una colección de estáticos 'ahoras'..."- 

Gabriel asintió nuevamente -"Exacto. Ahora lo vas entendiendo. Pero solo puedes viajar en un sentido porque tu conciencia está atada a una dirección específica de esos saltos."- 

Diego parecía confundido -"¿Y por qué solo en una dirección? ¿Por qué no puedo saltar al pasado?"- 

Gabriel intentó explicárselo -"Porque la conciencia es un proceso que sigue las reglas de la entropía. A medida que experimentamos estados sucesivos, la información en nuestro cerebro se reorganiza en una dirección creciente de complejidad. Tu memoria solo acumula datos nuevos, nunca borra los antiguos. Es por eso que recuerdas el pasado, pero no puedes recordar el futuro. Si pudieras saltar al pasado, estarías en un "ahora" donde tu conciencia no tiene los recuerdos del presente, y simplemente vivirías ese instante sin saber que lo has experimentado antes."-  

Diego abrió los ojos –“Lo siento, No puedo entenderlo”-

Gabriel explicó pacientemente –“Porque la conciencia es un proceso que sigue las reglas de la entropía. A medida que experimentamos estados sucesivos, la información en nuestro cerebro se reorganiza en una dirección creciente de complejidad. Tu memoria solo acumula datos nuevos, nunca borra los antiguos. Es por eso que recuerdas el pasado, pero no puedes recordar el futuro.”-

Era un concepto bastante interesante.

Según lo que explicaba Gabriel, la conciencia es el resultado de procesos físicos en el cerebro. Esos procesos siguen las leyes de la física, incluida la segunda ley de la termodinámica, que dice que la entropía (o el desorden) siempre aumenta con el tiempo.

Cada experiencia humana, deja una huella en el cerebro. Esa huella es información almacenada en conexiones neuronales. Pero aquí está la clave: esas conexiones solo pueden organizarse en una dirección: del pasado al futuro. No pueden espontáneamente "desorganizarse" y recuperar un estado previo.

El cerebro funciona como un grabador de información. Cada instante que una persona vive es como escribir en un diario: una vez que se escribe el diario, queda registrado y las personas pueden releerlo (o recordarlo), pero no se pueden leer páginas que aún no se han escrito (el futuro).

Si el cerebro pudiera recordar el futuro, significaría que la información sobre ese futuro ya está grabada en el cerebro. Pero la entropía nos dice que la información en un sistema cerrado (como el cerebro) solo se acumula y aumenta en complejidad con el tiempo. No puede espontáneamente "viajar hacia atrás" y hacer recordar algo que aún no se ha experimentado.

Según la teoría de Julian Barbour, todos los instantes ( o "ahoras") existen simultáneamente, como páginas de un libro. Pero nuestra conciencia solo se mueve en una dirección, porque la forma en que almacenamos información está atada al aumento de la entropía.

Para entenderlo, hay que imaginar que estamos mirando una baraja de cartas extendida sobre la mesa. Cada carta es un "ahora". Todas existen al mismo tiempo, pero el cerebro puede mirar una a la vez, y la forma en que se ven esas barajas está influenciada por el orden en que el cerebro acumula información.

Para comprenderlo se puede pensar en un vaso de vidrio que se cae al suelo y se rompe. Una persona recuerda el vaso entero porque en el pasado su información está organizada en la forma más sencilla. Cuando el vaso se rompe, la entropía aumenta y el sistema se vuelve más complejo.

El cerebro registra entonces el evento, pero en una sola dirección: del vaso entero al vaso roto. Nunca ningún cerebro recordará haber visto el vaso recomponiéndose espontáneamente, porque eso implicaría que la entropía ha disminuido en la percepción, lo cual no sucede.

Lo mismo pasa con la conciencia: solo puede "moverse" en la dirección en que la entropía del universo aumenta. Es por eso que el tiempo parece avanzar solo hacia adelante.

La conciencia es como una película que solo se proyecta hacia adelante porque cada fotograma nuevo es más complejo que el anterior. Nadie puede "recordar el futuro" porque la información de ese futuro aún no está grabada en el cerebro. ¡Es la física del universo la que dicta cómo experimentamos el tiempo!

Diego intentó razonarlo -"O sea, mi mente es un tren que solo avanza porque la máquina de la entropía lo empuja hacia adelante..."- 

Gabriel asintió al razonamiento de su amigo -"Exacto. No es que el tiempo avance, sino que nuestra percepción solo puede funcionar en esa dirección. El cerebro en realidad registra cambios de estado, en donde la entropía aumenta. Eso nos da la ilusión del tiempo, que en realidad no existe. Vivimos en un eterno ahora."-  

A Diego pareció  explotarle la cabeza -"Esto es brutal. Es decir, ¡todo ya existe! Mi futura novela ya está escrita en una de esas páginas, solo que aún no la he hojeado. ¡Soy un fraude! ¡El universo ya lo hizo todo antes que yo!"-  

Gabriel sonrió de buena gana -"Bueno, si te sirve de consuelo, cada decisión tuya crea nuevos 'ahoras' en los que esa novela existe o no existe."-  

Diego parecía muy entusiasmado -"Entonces voy a escribir sobre esto. Un cuento sobre un tipo que descubre que el tiempo no existe y se obsesiona con encontrar la manera de hojear el álbum en sentido contrario..."- 

Gabriel celebró la idea -"Si lo logras, avísame. Quiero saber si en alguna página del álbum soy millonario."- 

Diego respondió riendo mientras saludaba a su amigo -"Si en alguna soy famoso, te aviso."- 

Se levantó y se dirigió a la puerta con el entusiasmo de alguien que acaba de descubrir que la realidad es solo un mal software cuántico.

Gabriel se quedó en el laboratorio, viendo cómo la cafetera goteaba, y por un momento se preguntó si ese goteo es parte de otro 'ahora' que solo parecía fluir. Sonrío negando divertido.

El reloj Marcaba las 12:05 p.m.

FIN




 

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