El fracaso es parte del proceso
El fracaso es parte del proceso de todo escritor (y vas a fracasar, así que mejor acostúmbrate).
No importa desde qué país estés escribiendo. La cantidad de libros en papel o e-books que se publican en tu país de origen seguramente te hará ver que esto es una jungla editorial. Una jungla sin Tarzán que te salve, por cierto.
No solo publican autores "consagrados", a los que las editoriales buscan con ojitos de corazón. También hay miles de escritores frustrados o no, que intentan rascar aunque sea un poquito de atención, autoeditando y financiando sus propios libros con la ilusión de "llegar". ¿Adónde? Quién sabe. Quizás a la fama, quizás a la quiebra. Pero soñar es gratis (autoeditarse, no tanto).
El problema es que la mayoría de los escritores terminan frustrados. ¿Cómo demonios crees que vas a destacar entre miles de autores (muchos de ellos -seamos honestos-, mejores que tú)? Es como intentar que alguien te escuche en medio de un concierto de Coldplay. Absolutamente NADIE se dará cuenta de que estás ahí.
Entonces, ¿cómo hacer para que alguien te lea? Bueno, si no tienes una cuenta bancaria que parezca financiada por un narcotraficante, olvídalo. No podrás pagarte publicidad masiva, contratar influencers, aparecer en podcasts famosos ni salir en revistas literarias.
Bienvenido al mundo del escritor real. 👿
Si eres un escritor más (como yo, y como tantos otros), la difusión será lenta, trabajosa y desesperante. Día a día, proyecto a proyecto, grano a grano, como un reloj de arena al que alguien malvado le puso un tapón.
Vas a tener que aprovechar cualquier rincón digital en donde puedas gritar "¡eh, tengo un libro!" sin que te bloqueen. Redes sociales, grupos de Facebook, Instagram, TikTok si te animas a hacer el ridículo... todo vale. Pero sin ser el "pesado" que postea su libro cada dos minutos, porque eso solo logra que la gente te mute mentalmente.
Ahora, si tu plan es vivir de la escritura, prepárate para una lección de vida gratis: no basta con escribir, publicar y tener una web que solo visitan tu madre y tu gato (tu mujer ni quiere leerte, ja). Necesitas destacar, crear una comunidad, hacer que la gente te lea sin obligarlos mediante amenazas pasivo-agresivas.
De lo contrario, tus publicaciones se perderán en el océano de escritores desesperados que creen que la fama es solo cuestión de pagar publicidad. O de tener talento. Por cierto ni los editores, ni la industria editorial te dirá la verdad NUNCA: su negocio no es hacerte famoso, es venderte servicios.
Si no escribes por amor o gusto personal, prepárate para encadenar un fracaso tras otro. El fracaso es un compañero fiel en esta carrera. Abrazálo. Ponle un nombre. Hazle espacio en tu escritorio, porque dormirás con él todas las noches.
Pero no te deprimas: si aprendes de cada metida de pata, en algún momento podrás darle vuelta a la situación. La paciencia y la constancia son tus armas secretas (bueno, no tan secretas, pero pocos las usan).
Si no eres capaz de disfrutar el proceso de escribir, de compartir tus textos aunque solo los lean diez personas, vas a terminar convertido en un troll amargado en redes sociales, destrozando los sueños de escritores jóvenes solo porque tú fracasaste primero.
Ser escritor es para valientes.
Valientes que saben que, después de cada caída, hay que sacudirse el polvo, insultar un poco al universo y seguir adelante.
Si no tienes esa fortaleza, mejor ni lo intentes. Solo serás una sombra de lo que creíste que ibas a ser cuando empezaste.
Te deseo buena suerte, escritor (porque la vas a necesitar).
¡Buena escritura! 🚀✍️
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