miércoles, 22 de marzo de 2023

Historia: "Ecos en el Vacío"

 


Ecos en el Vacío


En lo profundo del espacio, la nave Nefertiti transportaba a dos astronautas: Rudolf, un comandante de larga trayectoria y prestigio, y Debra, una teniente valerosa e intrépida. Su destino era la remota base en Próxima Centauri B. La misión, ambiciosa y cargada de sueños de descubrimiento, representaba una oportunidad única para inscribir sus nombres en la historia de la exploración estelar.

Esa noche, mientras la nave surcaba el vacío en un silencio espectral, el destino se mostró implacable. Un micrometeorito, invisible e indetectable, impactó la nave con fuerza brutal. Las alarmas se encendieron, y las luces de emergencia parpadearon en el panel de control.

—"Alerta crítica: impacto detectado. El sistema de oxígeno está comprometido en un 80 %"— Anunció la computadora de a bordo con su voz monótona e implacable.

Debra, con el rostro tenso, se volvió hacia Rudolf. Sus ojos reflejaban la luz intermitente de las pantallas.

—"¿Escuchaste eso? ¡El oxígeno está comprometido! ¿Qué hacemos? ¿Cuál es el procedimiento?"— Preguntó con un temblor perceptible en su voz.

Rudolf apretó los puños y, sin apartar la mirada del panel, respondió:

—"No hay protocolo para esto. Nunca antes había sucedido en la flota... Pero la computadora tiene razón, estamos en grave peligro."-

Se dirigió a la máquina con voz firme:

—"Nefertiti, genera un reporte de emergencia. Quiero una evaluación completa del sistema."-

—"Recomiendo activar el protocolo de hibernación para conservar el oxígeno vital"— Respondió la computadora con impasibilidad mecánica.

El silencio invadió la cabina mientras los dos astronautas asimilaban la gravedad de la situación. La solución propuesta era tan absurda como desesperada: hibernar a uno de ellos sin la certeza de que despertaría.

—"¿Hibernar a uno de nosotros?"— Repitió Debra con incredulidad —"¿Realmente es nuestra única opción?"-

Rudolf se quedó en silencio un instante, observando los datos parpadeantes en la pantalla.

—"Así parece, Debra. Según los cálculos, es la única forma de preservar el oxígeno restante... aunque signifique arriesgarlo todo. Hibernar a uno garantizaría suficiente oxígeno para que el otro llegue a la base."-

Hizo una pausa y luego se dirigió a la computadora:

—"Nefertiti, confirma: procedimiento de hibernación activado."-

—"Advertencia: riesgo elevado de no despertar."-

El aire se volvió pesado. Sabían que estaban al borde de un abismo sin retorno. La incertidumbre se mezclaba con el temor al fracaso. Una decisión imposible pendía sobre ellos.

Mientras la tensión aumentaba, los dos compañeros discutían acaloradamente sus opciones. Rudolf, consumido por un temor desbordado, dejó entrever una faceta oculta de su personalidad: la obsesión por no fallar.

—"¡No puedo permitir que esta misión fracase! Si cometo un error, mi carrera quedará arruinada para siempre"— Exclamó con voz crispada.

Debra lo miró con firmeza y replicó:

—"Rudolf, debemos encontrar una solución que nos permita sobrevivir a ambos. No podemos rendirnos sin luchar."-

La computadora intervino:

—"Atención: procedimiento de hibernación activado. Es la única opción viable para preservar el oxígeno. El riesgo de no despertar supera el 75 %."-

—"¡Eso es inaceptable!"— Rugió Rudolf, golpeando la consola —"No podemos asumir ese riesgo."-

Debra, más centrada, buscó una alternativa:

—"Nefertiti, ¿existe algún protocolo alternativo o ajuste en el consumo de oxígeno que nos permita sobrevivir a ambos?"-

La computadora procesó la solicitud y respondió:

—"No hay protocolos alternativos. La hibernación es la única opción viable."-

Las palabras de la máquina resonaron en la cabina. Rudolf, abrumado por el miedo al fracaso, se negaba a aceptarlo.

—"Pero, Rudolf"— Dijo Debra con voz urgente —"Si no actuamos ahora, ninguno de los dos sobrevivirá."-

El ambiente se cargó de nerviosismo y dudas. La única opción segura, aunque llena de incertidumbre, era hibernar a uno de ellos sin garantías de despertar. Rudolf sintió cómo su ansiedad alcanzaba un punto de quiebre. Su carrera, su prestigio, su vida entera pendían de un hilo.

—"Comandante, cada segundo cuenta. Tenemos que decidir ahora o no sobreviviremos"— Insistió Debra.

—"Advertencia: nivel de oxígeno crítico"— Intervino la computadora —"Procedimiento de hibernación recomendado."-

Algo en Rudolf se quebró. El miedo a equivocarse, a ver truncada su carrera, lo dominó. Sus ojos brillaron con una mezcla de determinación y pánico.

—"Lo siento, Debra. No podemos buscar más soluciones."-

Antes de que ella pudiera reaccionar, Rudolf activó el dispensador de sedantes de emergencia. Debra intentó resistirse, pero el efecto fue inmediato.

—"¡Rudolf, no! ¿Qué estás haciendo?"— Fue lo último que alcanzó a decir antes de perder la conciencia.

—"Nefertiti, procede con el protocolo de hibernación para el módulo de Debra"— ordenó Rudolf con voz firme.

—"Confirmo. Procedimiento de hibernación activado para Debra. Riesgo elevado de no despertar."-

Debra fue introducida en la cámara de hibernación, dejando a Rudolf solo en la sala de mando, convencido de que había tomado la mejor decisión. Ahora podría pilotar la nave hasta la base y asegurar la supervivencia de al menos uno de ellos.

Pero unos minutos después, la computadora volvió a hablar, y sus palabras lo congelaron:

—"Atención, comandante: el nivel de oxígeno ha disminuido a un 20 %. Proyección indica que el oxígeno es insuficiente para completar el viaje con un tripulante despierto."-

Rudolf sintió que la sangre se le helaba.

—"¿Qué significa eso, Nefertiti? ¡Necesito oxígeno suficiente para llegar a la base!"-

—"Error crítico detectado. La pérdida de oxígeno no se ha detenido. La supervivencia del individuo no hibernado está comprometida. Fallo inminente."-

La traición que creyó le daría ventaja se transformó en su condena. Aislado en la cabina, vio cómo su propia ambición lo llevaba directo a la muerte.

Poco después, la Nefertiti llegó a la base. Debra fue rescatada y despertó en la clínica.

—"Debra, ¿recuerdas lo que ocurrió?"— Preguntó el doctor Selden.

—"Fue todo tan rápido... Rudolf... él se sacrificó por mí, ¿verdad?"-

El doctor suspiró.

—"No exactamente. Según los registros, actuó por pánico, no por heroísmo."-

Tiempo después, ante el consejo de astronautas, Debra defendió la memoria de su comandante.

—"Estoy segura de que Rudolf sabía que iba a morir. Me salvó."-

—"Nuestros informes indican lo contrario"— Dijo suavemente la capitana Derbez —"No hubo premeditación en su acción. Rudolf actuó movido por el miedo."-

Debra sintió un vacío en el pecho. ¿Rudolf fue un héroe o simplemente un hombre vencido por su propia desesperación? Nunca tendría la respuesta. Solo sabía que el comandante que admiraba había muerto en la oscuridad del espacio, tal vez víctima de su propia fragilidad humana.

FIN





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