El incidente
La misión Éxodo-9 llevaba casi dos siglos de viaje. Los astronautas, que habían despertado recientemente de la hibernación, estaban listos para hacer historia: la humanidad estaba a punto de colonizar Próxima Centauri B.
O al menos, eso creían.
Al aproximarse a su destino, los radares de la nave detectaron un objeto extraño flotando en el vacío. Pequeño, metálico, de forma arcaica. La I.A. de la nave, entrenada mediante protocolos paranoicos ante cualquier contacto extraterrestre, alertó de inmediato: —"¡Objeto no identificado! ¡Potencial amenaza alienígena!" —
El comandante Vasquez, criado en un entorno de simulaciones militares sin contacto con la realidad, aplicó el procedimiento estándar: entrar en PÁNICO. —"¡Señores! ¡Esto es un encuentro de primer contacto! ¡Nos entrenaron para esto!" — Nadie mencionó que el entrenamiento lo habían diseñado burócratas que nunca habían pisado una nave espacial.
La primera orden fue enviar un mensaje amistoso usando el protocolo de comunicación interestelar estándar. Se encendieron luces en la nave y se transmitió en ondas de radio un mensaje que, en esencia, decía: —"No nos maten, por favor." —
El objeto, por supuesto, no respondió.
—"¡Nos están ignorando!"— gritó el teniente Grober —"¡Es una táctica de dominación psicológica!"—
Vasquez ordenó a la I.A. hacer una inspección visual, tras lo cual la I.A. describió —"El objeto tiene una placa con un esquema, la representación de un disco, las indicaciones de algunas frecuencias y algunos mapas de púlsares conocidos, Señor"—
El comandante escuchó horrorizado mientras decía —"Son instrucciones para activar una superarma alienígena. Probablemente ya han visitado a la Tierra y ahora vienen por nosotros"—
El pánico escaló. La IA propuso un análisis más detallado, pero Vasquez, influenciado por siglos de películas de acción archivadas en la base de datos, decidió que la mejor defensa era un ataque preventivo. Ordenó que se disparara un torpedo de baja potencia para "medir la reacción del enemigo".
El misil impactó contra el objeto, que ni se inmutó porque era básicamente un pedazo de chatarra con décadas de polvo cósmico encima.
El impacto soltó una placa metálica que se dirigió directamente a la Éxodo-9, lo que fue interpretado como una respuesta al ataque.
Al mismo tiempo, el misil generó una onda electromagnética que hizo que la nave alienígena reprodujera un mensaje grabado en un disco de oro que estaba debajo de la placa de instrucciones: una serie de saludos en múltiples idiomas terráqueos.
Desde los parlantes de la Éxodo-9, resonó un mensaje gutural en lo que sonaba como un idioma incomprensible: —“Ni hao! Bonjour! Guten Tag!" —
—"¡Dios santo, están lanzando conjuros!"— gritó la subcomandante Liu.
—"¡Esto es un ataque psíquico!"— confirmó el ingeniero Kowalski, que había sido educado por tutoriales de YouTube y Tik-Tok archivados del siglo XXI que le habían consumido las pocas neuronas disponibles.
Aterrorizados, los astronautas activaron el protocolo de destrucción total: un bombardeo termonuclear a lo que creían era la avanzada de una flota invasora.
Se disponían a lanzar el armagedón sobre la nave alinenígena cuando, por una coincidencia cósmica, La I.A. leyó la placa metálica que se dirigía a ellos: llevaba una inscripción que decía "VOYAGER".
La IA accedió a información clasificada de la base de datos de la misión. Y entre los archivos antiguos encontró referencias a la Voyager 1. De inmediato, emitió un comunicado:
—"Alto al fuego. El objeto identificado es de origen terrestre. Repito: es humano. Es una de las primeras sondas lanzadas al espacio en el siglo XX. Felicidades, acaban de intentar declarar la guerra a una reliquia de su propia especie." —
Un silencio sepulcral invadió la cabina.
Los astronautas se miraron entre sí. Nadie quería asumir la responsabilidad del bochorno. Finalmente, el comandante Vasquez carraspeó y adoptó un tono solemne.
—"Bien, equipo. Misión cumplida. Hemos realizado el primer contacto con un artefacto de nuestros antepasados. Que sirva como recordatorio de la grandeza de la humanidad y de su..."— hizo una pausa, buscando algo digno que decir —"...capacidad para evitar conflictos innecesarios." —
—"¿Y el misil?"— preguntó Kowalski.
—"Error de cálculo. Será archivado como prueba de resistencia de tecnología antigua"— respondió abochornado
La Éxodo-9 continuó su viaje, mientras la Voyager 1 siguió su eterno y silencioso camino hacia el vacío, ajena a la catástrofe que casi desata por el simple hecho de existir.
FIN
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