Cuento: "Aliento de Titán"

 

Aliento de Titán
Versión estilo pulp clásico
Por Rodriac Copen

NOTA: Esste cuento forma parte del Taller Gratuito Para Escritores de Rodriac, y es el resultado de aplicar la Técnica de Escritura del Copo de Nieve.

En la lejanía helada del sistema de Saturno, donde los mares son de metano líquido y las tormentas eléctricas rugen como demonios invisibles, la humanidad se aferraba a la vida con todas las fuerzas posibles. La falta de aire respirable se había vuelto un problema urgente de vida o muerte.

Y allí, entre las brumas naranjas de la atmósfera de Titán, descendía la mujer que podría salvarlos a todos... o condenar a la Base al olvido definitivo.

La doctora Nadia Leifsson, astroquímica de voz grave y mirada polar, no era una astronauta común. De sangre islandesa y una determinación de acero, traía consigo la más preciosa de las reliquias humanas: el Oxalis V-7, una máquina capaz de transmutar la atmósfera letal de Titán en aire respirable. Sin ella, los 47 residentes humanos de la Base Kraken pronto agotarían su último aliento.

Pero de repente, el cielo rugió inesperadamente.

Una violenta tormenta ionizada, azul y desatada, impactó la lanzadera como el golpe repentino de algún  dios olvidado. El casco de la nave ardió, los sistemas colapsaron, y Nadia cayó junto a la nave. Cayó más allá del alcance, más allá del radar... más allá de toda esperanza.

En la base, el comandante Ralph Moebi, veterano de Marte y viejo enamorado de Nadia, golpeó su puño contra el mapa de Titán.

—"¡Formen un equipo! ¡Carguen el taladro de plasma, el crawler y cada maldito traje que tengamos! ¡Vamos por ella! ¡Y por la Oxalis!"—

Mientras tanto, sola en un cráter de hielo seco, Nadia arrastraba su cuerpo herido hacia el único objeto que le importaba: la máquina generadora de aire. Un simple chispazo bastaba para encender su reactor dañado... o hacerlo volar en mil pedazos. No había tiempo para el miedo.

En la oscuridad, el equipo de rescate avanzaba como sombras bajo la intensa tormenta. Ingrid Halvors, piloto del crawler, maldecía en tres idiomas diferentes al intentar cruzar un campo de grietas cristalizadas. El teniente Chen, con su visor empañado por la humedad, decía lo que nadie quería oír:

—"No llegaremos a tiempo. No con esta tormenta."—

Pero el corazón de Ralph ardía con una determinación diferente.

Y llegaron.

En el último recodo, entre nubes verdes y rayos de silicio, la vieron: Nadia trabajando en condiciones extremas, cubierta de escarcha, abrazada a la máquina, y murmurando improperios  como si fueran salmos mientras trataba de ajustar los controles del equipo.

—"No la enciendan aún... estabilicen la celda de energía. O nos matará a todos.. ."—

Con los dedos congelados por el extremo frío y una fe ciega, Ralph y su equipo hicieron lo imposible. Transportaron a Nadia y a la Oxalis bajo fuego celeste, de vuelta a la Base Kraken.

Cuarenta minutos después, los ventiladores escupieron aire respirable nuevamente. Las luces se encendieron mientras la pequeña comunidad de habitantes suspiraba aliviada.

Fue así que la doctora Nadia Leifsson se convirtió en leyenda.

FIN

NOTA: ¿Qué sigue? Una vez desarrollado el cuento, ahora deberías identificar los puntos en los que podrías agregar nuevos "copos de nieve" o semillas (seeds) para ampliar el contenido. 

Esas semillas deberían aportar contenido a la trama única (si tu historia es simple como esta versión) o si empiezas a crear una pieza con tramas adicionales, desarrollar la trama paralela a la historia principal y fragmentarla en pociones que formarían esas semillas que irás integrando/insertando a tu historia principal.

Recuerda que puedes consultarme!!! 

Este cuento forma parte del Taller Gratuito Para Escritores  de Rodriac, y es el resultado de aplicar la Técnica de Escritura del Copo de Nieve.

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